El Día Mundial del Olivo rescata la importancia de esta planta como símbolo de paz, abundancia y victoria sobre los malos espíritus. Representa además, la unidad y diversidad de todas las culturas desde tiempos inmemoriales.
La propuesta de decretar un día para conmemorarlo fue presentada por el Líbano, Túnez y el Comité Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con el objetivo de proteger y promover los valores de paz que simboliza.
Ya en las antiguas Grecia y Roma, se intercambiaban ramas de olivo como oferta de paz tras una batalla.
Desde 1995 se plantan cada año aproximadamente 40 millones de olivos, lo que supone unas 154 mil hectáreas adicionales de olivares. Y se estima que en 2022, la producción mundial de su derivado, "aceite de oliva" alcance los cuatro millones de toneladas anuales.
En la actualidad España es el país con mayor plantaciones, convirtiéndose en líder en producción y comercialización.
Una virtud que tiene esta planta, es su aporte contra el cambio climático, ya que captura más CO2 de la atmósfera del que genera, y requiere poca agua para ese proceso, por lo que tiene efectos positivos para el medio ambiente.
El olivo fue venerado como un árbol sagrado en culturas como la egipcia, la griega o la romana.