Aunque descansar de nuestros quehaceres es imprescindible para mantener un alto rendimiento, desconectar del trabajo no es tan sencillo como parece, Más aún luego del incremento de trabajos remotos debido a la pandemia de la COVID-19, los cuales han dificultado el descanso de los trabajadores por la necesidad de vivir conectados de sus responsabilidades laborales.
Según el informe ‘’Work Trend Index 2021’’ de Microsoft, los trabajadores mantienen 45% más de chats por semana y estas conversaciones laborales son 42% más habituales fuera del horario de trabajo. Dos de cada cinco trabajadores tienen dificultades para lograr desconectar del trabajo incluso en los periodos de vacaciones.
El término FOMO (Fear Of Missing Out o ‘Miedo a Perderse Algo’) nació en el nuevo milenio como consecuencia de la expansión de las redes sociales pero no es algo nuevo. Se trata de un fenómeno tan antiguo como la humanidad, ya que el miedo a desaprovechar la vida o dejar pasar oportunidades son sentimientos que el ser humano ya sufría.
Las redes solo han ampliado la sensación del miedo a perderse de algo y como consecuencia, emociones negativas, como el estrés y la preocupación, están extendiéndose entre las personas.
La psicóloga Ángela Monllor define a las víctimas de FOMO como personas “constantemente insatisfechas que miran el teléfono de forma compulsiva para demostrar que están presentes, incómodas de pensar que si no tienen su dispositivo activo pueden perderse algo".
Para manejar o superar el FOMO, no basta con desinstalar las apps de correo o redes sociales, sino que es necesario entender la adicción para acabar con ella, limitar el uso del celular o incluso eliminar el uso, crearía un efecto rebote perjudicial para quien desee salir de el. ‘’No se trata de tener un horario restringido del móvil, se trata de hacer un buen uso de él’’ señala la psicóloga Gloria Zueco.
Cuando el FOMO comienza a tornarse preocupante se puede identificar rápidamente. Aquí te dejamos algunas señales:
- ¿Miras las actualizaciones de tus redes sociales también en vacaciones?
- ¿Piensas cuando estás con amigos en lo que vas a compartir en tus canales y cómo lo vas a hacer?
- ¿Sientes intranquilidad o nerviosismo cuando no sabes lo que están haciendo tus amigos?
- ¿Sientes tristeza cuando descubres en las redes sociales que tus amigos están haciendo algo sin ti?
- ¿Compruebas tus actualizaciones también cuando estás en compañía o durante la comida?
La respuesta afirmativa a una o más de estas preguntas es el resultado innegable de padecer FOMO. El miedo puede convertirse incluso en una adicción a las redes sociales.
Desconectarse de las responsabilidades laborales en vacaciones es necesario, beneficioso y un derecho, es por eso que aquí en #LaMoscaNews te compartimos unas ideas para relajarte y olvidarte del teléfono estas vacaciones:
- Desconexión: puedes descargar la app ‘’Space’’, la cual funciona para monitorear y limitar el uso general de las redes sociales o del celular.
- Aceptación: se debe aceptar que no se puede tener todo lo que se desea en la vida, trata de definir tus valores: ¿qué es realmente importante para ti? Luego establece prioridades y concéntrate en lo que te hace feliz.
- Diario de gratitud: estudios científicos han demostrado que las personas agradecidas son más felices. Por eso, lleva un diario de gratitud al día para entrenar tu gratitud. De esta forma, no solo mejoras tu actitud y tu satisfacción vital, sino también tu sueño, y además rebajas los niveles de estrés. Es suficiente con escribir cada día tres cosas por las que estás agradecido/a. Si utilizas el método con regularidad, puedes cortar FOMO de raíz.
- Atención: quien tiene miedo a perderse algo no está presente mentalmente, sino viviendo en el pasado. Practica ejercicios de atención como la meditación para interrumpirte a ti mismo cuando tus pensamientos se despidan del aquí y el ahora, y para cortar tus viajes imaginarios que generan ansiedad.
- Amistades: tómate tiempo para cuidar y mantener tus amistades y relaciones en la vida real. En vez de pasar horas en el teléfono, concreta una cita con alguien o llama a un amigo. Merece la pena invertir tiempo en construir amistades reales, porque son el mejor factor de protección contra la carga psicológica.