Ecologistas de Senegal y otras naciones africanas denunciaron que ante la escasez de gas en Europa –por la guerra Rusia-Ucrania- Alemania pretende acelerar la extracción del yacimiento Greater Tortue Ahmeyim lo que traería consecuencias catastróficas para la zona.
Recordemos que ya las obras están en marcha y a partir de diciembre de 2023 fluirá gas del yacimiento Greater Tortue Ahmeyim.
Para el comienzo, Senegal calcula que serán unos 2,5 millones de toneladas al año.
Sin embargo, Yero Sarr, activista senegalés por el clima y la ecología, enfatiza que el proyecto debe paralizarse por los profundos daños ambientales que ocasionará.
“No se trata de un proyecto cualquiera, sino de la extracción de gas de uno de los mayores yacimientos en la costa de Senegal”, aseguró Sarr. Y agregó que los gobiernos de ambas naciones no pueden impulsar proyectos para extraer energías fósiles porque eso viola el espíritu del Acuerdo de París.
También Sascha Müller-Kraenner, de la asociación alemana en pro del medio ambiente Umwelthilfe, recordó que Alemania y los otros países del G7 se habían comprometido a no invertir más dinero público en fuentes fósiles de energía.
A pesar de eso, lamentó que tanto el presidente senegalés, Macky Sall, como el canciller alemán, Olaf Scholz, estén de acuerdo en cooperar y llevar adelante el proyecto sin importar las consecuencias.
“Sabemos que Alemania necesita el gas para su independencia energética de Rusia y el producto de Senegal podría ser una alternativa, pero ¿a qué costo?”, señaló la ambientalista.
Las obras ya están en marcha, entre otras, una terminal flotante para gas licuado, y a partir del año 2030 se podrían extraer hasta 10 millones de toneladas.
No es un dato menor que las perforaciones para extraer gas en la costa de Senegal y Mauritania tendrán efectos masivos en la industria pesquera local, en las personas, en los puestos de trabajo, y, por supuesto, en la naturaleza”, advirtió Müller-Kraenner.