Según una primera evaluación de Rostat, Rusia entró oficialmente en recesión tras una caída del 4% de su PIB en el tercer trimestre de este año.
Recordemos que el término recesión es la disminución o pérdida generalizada de la actividad económica -a través de la bajada, en tasa interanual, del PIB real- que debe producirse de manera generalizada durante por lo menos dos trimestres consecutivos.
Esta recesión en Rusia está provocada por la disminución del comercio mayorista (-22,6%), del comercio minorista (-9,1%), del flete (-5,5%) y de la industria manufacturera (-2%).
En cambio, el sector de la construcción y el agrícola crecieron 6,7% y 6,2%, respectivamente.
Hay que recordar que el país ya había sufrido una recesión económica entre 2020 y principios de 2021 a causa de la pandemia del COVID-19 –como la gran mayoría de los países del planeta-.
Sin embargo, su PIB aumentó 3,5% en el primer trimestre de 2022 y comenzó a caer de manera significativa al inicio de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero hasta desembocar en una oleada de sanciones que debilitan la economía del país.
Ahora, el Banco Central ruso prevé que el PIB caiga 3,5% en el conjunto de 2022, lo que representaría un retroceso importante, pero mucho menor a las previsiones catastróficas hechas en marzo y abril.
Cabe destacar que el retroceso del PIB entre julio y septiembre -que siguió una tendencia parecida a la del segundo trimestre (-4 a 1%)- reflejó el impacto de las sanciones occidentales contra Rusia, aplicadas tras la invasión a Ucrania.
Los analistas preveían, sin embargo, una caída más importante del PIB, de alrededor del 4,5%.