El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó la «muerte cruzada» en el país suramericano y disolvió la Asamblea Nacional, a la vez que convocó a elecciones presidenciales y parlamentarias.
El mandatario hizo la disolución argumentando «grave crisis política y conmoción interna», de conformidad con el artículo 148 de la Constitución ecuatoriana.
Con el decreto del mandatario, habrá un adelanto de elecciones tanto legislativas como presidenciales, de ahí el término de muerte cruzada. Mientras, el mandatario gobernaría por decretos durante seis meses.
Emitió el decreto mientras en la Asamblea Nacional se lleva a cabo el proceso de juicio político en su contra, acusado del presunto delito de peculado (malversación de fondos públicos).
Además firmó un decreto para reducir impuestos, los servicios públicos atenderán con normalidad y las fuerzas armadas seguirán trabajando de manera normal.
El martes, Lasso fue imputado por su presunta responsabilidad política en el presunto caso de peculado en la empresa pública Flopec.
La firma del Decreto Ejecutivo disuelve inmediatamente a la Asamblea Nacional y, según consta en artículo 148 de la Constitución, otorga un plazo máximo de siete días al Consejo Nacional Electoral para que convoque a nuevas elecciones presidenciales y legislativas.
Las nuevas autoridades electas estarán en funciones hasta el término del periodo vigente.
Hasta el desarrollo del proceso electoral y la instalación de la nueva Asamblea Nacional, el presidente Guillermo Lasso podrá expedir decretos-ley de urgencia económica, mismos que deberán tener el dictamen favorable de la Corte Constitucional y podrán ser aprobados o derogados por la nueva legislatura que se posesione hasta el término del periodo.