Las autoridades estadounidenses han lanzado una nueva alarma por las píldoras de "fentanilo arcoíris", considerada la droga más letal en Estados Unidos.
El fentanilo es un opioide sintético más fuerte que la heroína y cien veces más potente que la morfina, un medicamento que en su versión original se administra a pacientes después de una operación quirúrgica o con enfermedades crónicas para poder mitigar el dolor.
La oficina de Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), emitió una advertencia en agosto informando al público sobre esta "tendencia emergente alarmante" de "fentanilo de colores disponible en todo Estados Unidos".
Esta nueva droga es considerada "extremadamente adictiva" y "potencialmente mortal" si alguien sufre una sobredosis consumiendola.
Las autoridades sanitarias indican que cuando se produce una sobredosis la respiración es muy lenta e incluso se detiene por completo, lo que reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, llegando a producir hipoxia, que deriva en un estado de coma y causa daños permanentes en el cerebro, incluso la muerte.
Según el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, en 2.021 el país batió un récord de muertes por sobredosis con 107.622 casos registrados, el 66% relacionados con el fentanilo.
Los principales suministradores de fentanilo arcoíris en Estados Unidos son el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, las asociaciones ilícitas más grandes en México. Sólo durante el mes de agosto, DEA incautó esta droga en 18 de los 50 estados del país.
En el año 2017, el fentanilo estuvo implicado en el 59.8% de las muertes relacionadas con opioides, comparado con el 14.3 % en 2010. Las alertas están encendidas.
DEA considera que se trata de una nueva estrategia de los cárteles de droga en México para que su droga tenga la apariencia de caramelos y sea más fácil venderla entre los jóvenes.