Funcionarios estadounidenses prevén un plan para permitir un aumento en los precios del petróleo ruso, tras informes de un posible riesgo en los mercados financieros mundiales, por la inestabilidad del precio del crudo y por la inflación generalizada, según una publicación de Bloomberg.
Este nuevo rango de los precios de los hidrocarburos rusos que aún está en revisión, es una inactiva de la secretaría del Tesoro, Janet Yellen, que considera establecer un tope de precios entre 40 y 60 dólares por barril.
La causa de esta nueva estrategia, según funcionarios que prefirieron permanecer en el anonimato, es mantener estable los precios de los combustibles previo a las próximas elecciones de medio mandato, que se celebrarán el 8 de noviembre.
En este sentido, la administración de Joe Biden ha lanzado una feroz campaña en la que busca ganar la mayoría de los escaños en la Cámara de Representantes.
Sin embargo, existe un descontento con algunos funcionarios de la Unión Europea (UE), quienes afirman que esta medida permitiría a Moscú a continuar obteniendo ingresos considerables por sus ventas y, por ende, tener flujo de divisas para seguir en el conflicto bélico que mantiene en Ucrania.
Estos mismos funcionarios señalaron que Estados Unidos "no siempre está tan dispuesto como Europa a aceptar un golpe económico" para presionar a Rusia.
Actualmente el petróleo ruso se está colocando en el mercado chino e indio, sus socios comerciales más importantes, quienes manifestaron que no participarán en esta nueva propuesta estadounidense.
La causa del cambio de postura, según la agencia, radica en una revaluación de las prioridades de Washington en la que el petróleo ruso debe continuar en el mercado global y llegar a los países occidentales.
Ante esta situación, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió hace algunos meses que su país no suministrará sus hidrocarburos a otras naciones si eso contradice sus intereses económicos.
"No suministraremos nada en absoluto si va en contra de nuestros intereses, en este caso económicos. No suministraremos ni gas, ni petróleo, ni carbón, ni combustible, ni nada", subrayó el jefe de Estado.