El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que los combates que se prolongan desde hace semanas en Sudán «deben terminar» y autorizó posibles nuevas sanciones contra los responsables.
«La violencia en Sudán es una tragedia y una traición a la clara demanda del pueblo sudanés de un gobierno civil y una transición a la democracia. Eso «debe terminar», publicó EFE.
Biden recordó que el derramamiento de sangre ya se ha cobrado la vida de cientos de civiles y Estados Unidos se une al «pueblo amante de la paz y a los líderes de todo el mundo para pedir un alto al fuego duradero entre las partes beligerantes».
Biden no señaló directamente a ningún responsable u objetivo de la sanción. Sólo dijo que son «individuos responsables de amenazar la paz, la seguridad y la estabilidad de Sudán, socavar la transición democrática, usar la violencia contra civiles o cometer graves abusos contra los derechos humanos».
Estados Unidos consiguió evacuar con éxito de Jartum a cientos de sus ciudadanos que ya se encuentran a salvo en Puerto Sudán, a orillas del Mar Rojo, y esperan ser trasladados a Arabia Saudí.
Estados Unidos evacuó en su convoy también a ciudadanos “de países aliados y sudaneses que han trabajado con la Embajada estadounidense en el país”, detalló el Departamento de Estado.
Los enfrentamientos entre facciones rivales comenzaron el 15 de abril y han causado la muerte de unas 700 personas, la mayoría en Jartum y Darfur, según la ONG Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados.
El conflicto entre el Ejército y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) se inició por las tensiones sobre cómo integrar a los paramilitares dentro de las Fuerzas Armadas en el marco de un proceso de transición democrática.