El Departamento de Defensa de EE.UU. informó que retiró la bomba nuclear B83-1 “por las limitaciones de sus capacidades y al aumento de los costos de mantenimiento” y será sustituida por otras ojivas nucleares.
Esta arma de destrucción masiva es la bomba nuclear de caída libre más poderosa de Estados Unidos.
La B83-1 estuvo en servicio desde 1983 y se estima que se fabricaron unas 650 (con un rendimiento máximo de 1,2 megatones de TNT, unas 80 veces superior a la bomba atómica Little Boy, lanzada sobre Hiroshima en 1945).
Cabe destacar que el Pentágono continúa con su programa de sustitución de ojivas nucleares cuya vida útil requiere de reemplazos.
Junto a la bomba nuclear B83-1, el gobierno estadounidense anunció también la retirada del programa de misiles de crucero lanzados desde el mar con armas nucleares que se creó en un principio para fortalecer la disuasión de armas nucleares en un conflicto regional, SLCM-N.
"Hemos llegado a la conclusión de que el SLCM-N ya no era necesario", afirmó un funcionario del Departamento de Defensa, sosteniendo que la postura estadounidense de disuasión era "firme", motivo por el que Rusia no se atrevería a atacar a la OTAN.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró en una entrevista que la decisión sobre parte del arsenal nuclear no es "un mensaje" al presidente ruso, Vladimir Putin.
"El inventario de armas nucleares de EE.UU. es de todos modos significativo y el líder ruso entiende cuál es su capacidad”, explicó.
Según el nuevo documento presentado por el Pentágono, Washington tiene previsto "mantener una ventaja competitiva duradera sobre China" y "restringir a una Rusia que sigue siendo profundamente peligrosa".
Analistas consideran que, aunque altos cargos militares desaconsejaron públicamente dejar de desarrollar ese tipo de armas, tal decisión podría favorecer a Joe Biden ante los llamados de sus colegas demócratas sobre reducir el arsenal nuclear de Estados Unidos sin sacrificar los componentes principales de su triada nuclear.