El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció un acuerdo de 144,5 millones de dólares que van dirigidos a las demandas de los sobrevivientes y las familias de las víctimas de un tiroteo masivo en una iglesia en noviembre de 2017 en Texas, que dejó un saldo de 26 fallecidos y 22 heridos.
Este acuerdo buscará resolver las reclamaciones de más de 75 demandantes que reclamaron la «negligencia» por parte de la Fuerza Aérea de EEUU, que no ingresó en una base de datos utilizada para la verificación de antecedentes, los cargos previos de violencia doméstica que Devin Patrick Kelley, autor de la tragedia. Se determinó que este factor pudo impedir que adquiriera el arma utilizada para la masacre.
El comunicado emitido por el Departamento de Justicia señala que: «un tribunal del distrito federal de Texas concluyó que EE.UU era responsable de los daños causados por el tiroteo. El acuerdo de conciliación resolvería todas las reclamaciones por un total de 144,5 millones de dólares«.
Por su parte, la fiscal general, Vanita Gupta, defendió que ninguna palabra o cantidad de dinero podría disminuir la tragedia del tiroteo en Sutherland Springs. «El anuncio de hoy pone fin al litigio y pone fin a un capítulo doloroso para las víctimas de este crimen impensable’’, comentó.
El tiroteo tuvo lugar el 5 de noviembre de 2017 en el templo de la Primera Iglesia Baptista de la pequeña zona de Sutherland Springs, mientras se realizaba una misa. Patrick Kelley era un ex aviador estadounidense que tras perpetrar el ataque, fue encontrado muerto por una herida de bala autoinfligida.