Estados Unidos estima utilizar cohetes de la agencia aeroespacial Space X para desplegar una fuerza de reacción rápida y prevenir posibles ataques en cualquier parte del mundo.
La revista “The Intercept”, que tuvo acceso a documentos del Comando de Transporte de Estados Unidos (USTranscom, por sus siglas en inglés), reveló que ese plan data de hace dos años, cuando el organismo perteneciente al Departamento de Defensa suscribió un convenio de cooperación con Space X.
El objetivo central del acuerdo era que el USTranscom pudiera movilizar el equivalente a una carga útil de C-17, poco menos de 80 toneladas, a cualquier parte del planeta en menos de una hora, según reveló el general del Ejército, Stephen Lyons, en octubre de 2020.
No obstante, en la actualidad ese objetivo inicial se ha ampliado a tres grandes metas:
- El transporte espacial debe permitir un método alternativo para la entrega de logística requerida en alguna operación militar.
- Los cohetes de Space X deben entregar un sistema de base aérea desplegable de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en cualquier región del mundo.
- El USTranscom y Space X deben tener una capacidad de entrega rápida para brindar ayuda a países lejanos a Estados Unidos, como medida de disuasión o de prevención de ataques terroristas. Este último objetivo es conocido como “apoyo de embajada”.
El Pentágono estima usar los cohetes de la compañía de Elon Musk para el despliegue rápido en zonas de conflictos o con bastante tensión. Al respecto, John Ross, portavoz de USTranscom, aseguró que la velocidad del transporte espacial "promete el potencial de ofrecer más opciones y un mayor espacio de decisión para los líderes". Este despliegue, según altas fuentes militares, tendría un tiempo estimado de 60 minutos.
En el seno de la OTAN existe un concepto que lleva operativo desde 2003, la Fuerza de Respuesta de la OTAN, cuya labor es apoyar la respuesta de defensa colectiva inmediata o en catástrofes y protección de infraestructuras críticas. Esta fuerza se activa una vez que ocurre el suceso, caso contrario a Estados Unidos, que busca prevenirlos.
Críticos de este plan entre el Pentágono y Space X lo catalogan de “ciencia ficción”.
William Hartung, investigador principal del Instituto Quincy de Estados Unidos, señaló que “este plan no parece tener mucho sentido”, pues "si una mafia está atacando una embajada y llama a la nave espacial de SpaceX, aún llevará un tiempo llegar allí". Hartung señaló que es difícil prevenir en tiempo real la ocurrencia de un atentado.
Similar opinión tiene Kaitlyn Johnson, subdirectora del Proyecto de Seguridad Aeroespacial del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Para Johnson, "es poco probable que puedan evacuar a alguien rápidamente a través de un cohete. Es un poco ciencia ficción".
Ciencia ficción o no, lo cierto del caso es que el convenio militar entre el Pentágono y Space X va viento en popa y ya tiene dos años. Muchos, como el portavoz del USTranscom, John Ross, lo ven como el armamento del futuro que podría ser implementado dentro de cinco y diez años.
