Hacer actividad física intensa y constante no reduce los efectos negativos de una mala alimentación, lo que conlleva a padecer enfermedades del corazón sin importar que tanto ejercicio puedas hacer, así lo aseguró un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Sidney, en Australia.
Dicho estudio que fue publicado en la revista especializada British Journal of Sports MedHcine, refiere que aquellas personas que realizan un alto nivel de ejercicio físico y siguen una dieta equilibrada tienen un menor riesgo de padecer patologías cardíacas.
Para que esta investigación se llevara a cabo se utilizó una muestra de adultos británicos del Biobanco del Reino Unido.
A un grupo se le asignó una dieta de alta calidad que incluía al menos cinco porciones de fruta y verdura al día, dos porciones de pescado a la semana y un consumo reducido de carne roja, especialmente las procesadas, al otro se le dio total libertad a la hora de elegir sus alimentos, refiere el diario.com.
Melody Ding, autora del libro destacó que, «algunas personas pueden pensar que podrían compensar los impactos de una dieta pobre con altos niveles de ejercicio o compensar los impactos de una baja actividad física con una dieta de alta calidad, a cualquier edad, pero los datos muestran que, desafortunadamente, este no es el caso”.
Efectos inmediatos
Los resultados de la investigación revelaron que cuando el cuerpo se somete a un esfuerzo físico intenso, el corazón trabaja arduamente para suministrar sangre y oxígeno a los músculos.
De manera que una dieta desequilibrada, carente de los nutrientes esenciales, puede afectar negativamente al órgano encargado de bombear la sangre y generar patologías que a largo plazo desencadenarían ataques cardíacos.
¿Cuáles son las consecuencias?
Si no se tiene la nutrición adecuada, el cuerpo puede experimentar deficiencias de electrolitos vitales para la función cardíaca normal, como el potasio y el magnesio.
Estos desequilibrios pueden llevar a arritmias cardíacas, aumentando el riesgo de eventos cardiovasculares durante el ejercicio.
Además, una dieta rica en grasas saturadas y azúcares añadidos puede contribuir al desarrollo de patologías del corazón a largo plazo, incluso en aquellos que solo realizan ejercicio regular.
Por estas razones los cientificos determinaron que para evitar problemas cardíacos relacionados con el ejercicio, es crucial adoptar un enfoque integral que combine tanto la actividad física como una alimentación adecuada.
Recomendaciones
Es necesario diseñar una rutina de ejercicio acorde a tu nivel de condición física, mantener una adecuada hidratación antes, durante y después del ejercicio, y seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes.
La investigación indicó que la dieta debe contener una variedad de alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras. Sin dejar de lado los carbohidratos, proteínas y grasas, aunque de forma reducida.
Los hidratos de carbono complejos, como avena, arroz integral o papas, proporcionan una fuente de energía sostenible para el cuerpo durante el ejercicio.
Las proteínas magras, entre las que se encuentran el pollo, pescado o algunas legumbres, ayudan en la reparación muscular y contribuyen a la estabilidad a la hora de entrenar.
También refirieron que se debe comer al menos dos horas antes de realizar ejercicios para permitir una digestión adecuada.