Este domingo fue la emotiva despedida de Miguel Cabrera como jugador de beisbol, tras disputar su último partido frente a los Guardianes de Cleveland en el Comerica Park, la casa de los Tigres de Detroit.
El maracayero se fue de 3-0 con un boleto en el séptimo, y en el octavo inning jugó la primera base, su última posición de campo, luego de ser el sempiterno bateador designado de la franquicia. En el octavo realizó un out sin asistencia, que encendió los aplausos de las tribunas.
«Decir gracias no es suficiente, pero les quiero dar las gracias a la ciudad de Detroit, los fanáticos, mis compañeros, mis mánagers. Quiero pedir disculpas por el día de hoy estaba haciendo swing a todo lo que me lanzaban, tenía mucha presión», dijo después del juego
Los Tigres despidieron como una leyenda al jugador venezolano. Su primer turno fue anunciado por sus hijos, y el lanzador venezolano Eduardo Rodríguez, le pidió expresamente al mánager de los Tigres, A. J. Hinch, lanzar en el último juego de ‘Miggy’.
El césped tenía un número 24 en el Center Field y en las sillas de las tribunas se leía el mensaje «Gracias Miggy», las primeras personas que ingresaran al estadio se llevaron de souvenir una camisa alusiva al toletero venezolano.
Esta temporada fue una fiesta para Cabrera porque en los 29 estadios de los equipos de MLB fue agasajado con regalos y donaciones para su fundación. Un merecido tributo para un jugador que en cinco años será exaltado al Salón de la Fama.
En el Comerica Park no cabía un alma, pese a que el equipo no clasificó a los playoff, y en los últimos partidos la asistencia fue baja, sin embargo, la despedida de Cabrera fue la excusa perfecta para llenar la casa de los Tigres.
Cabrera llegó a la Grandes Ligas tras firmar un contrato con la organización de los Marlins de Florida, con apenas 16 años. En aquél momento recibió un bono de 1,8 millones de dólares, el más alto para un pelotero venezolano.
Desde su debut en la gran carpa, se supo que el maracayero estaba destinado para grandes cosas. En su primer encuentro frente a Tampa Bay, desapareció la pelota tras el lanzamiento de Al Levine y se convirtió en el héroe del encuento.
Entre los números más sorprendentes de Miggy, están los 511 jonrones, 3174 imparables, 627 dobles, 1881 carreras impulsadas, 538 bases alcanzadas, 2,798 partidos jugados, y fue seleccionado 11 veces al juego de las estrellas.
Pero sin duda su personalidad jocosa, amena y jovial generó un vínculo afectivo con los jugadores y los aficionados, que se manifestó en todas las muestras de cariño que recibió en su gran despedida.
La organización de los Tigres de Detroit anunció que Cabrera no se desvinculará del equipo, y que ocupará el puesto de asistente especial del vicepresidente de operaciones, por lo que no será una despedida, sino un hasta luego.