El Banco Central Europeo volvió a subir los tipos de interés, actuando por décima vez consecutiva para ahogar la inflación de la cada vez más débil economía de la zona euro.
«El euro cayó y los bonos subieron tras la decisión. Los operadores recortaron las apuestas a un nuevo endurecimiento», explicó la agencia económica Bloomberg en una nota.
Según la información, los funcionarios aumentaron la tasa de depósito en 25 puntos básicos, hasta un récord de 4% y afirmaron que el nuevo nivel de restricción contribuirá de forma sustancial a controlar la inflación.
«El euro cayó y los bonos subieron tras la decisión. Los operadores recortaron las apuestas a un mayor endurecimiento y ahora sólo ven un 12% de probabilidades de otro aumento en este ciclo», puntualizó la información.
Cabe destacar que el Consejo de Gobierno de Fráncfort repitió la frase de que fijará los costes de financiación en “niveles suficientemente restrictivos mientras sea necesario”.
Según los analistas, el resultado supone una nueva restricción de la actividad en la eurozona para eliminar las persistentes presiones inflacionarias, lo que asesta un nuevo golpe a una expansión que ya languidecía. «Esto sugiere que los responsables políticos han aceptado la necesidad de infligir más dolor a la economía para controlar los precios al consumo», reflejan los medios europeos.
El Gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, restó importancia al nivel en el que se establecerán los tipos, insistiendo en que lo que importa más es cuánto tiempo permanecerán ahí.