Este martes Victoria’s Secret estrenará un nuevo desfile de moda en forma de película de streaming de 85 minutos, luego que el evento fuera cancelado hace cinco años por los bajos niveles de audiencia debido a los distintos escándalos que sacudieron a la organización.
El «Victoria’s Secret World Tour» se transmitirá en Amazon Prime, y contará con diseños de moda y arte de 20 profesionales creativos de todo el mundo, además contará con actuaciones musicales de Doja Cat y Sabrina Carpenter.
Uno de los aspectos más relevantes es el regreso de las famosas «‘ángeles» Adriana Lima, Candice Swanepoel y Gigi Hidad, que alternarán la pasarela con la modelos sursudanesa Adut Akech, la Dj transgénero Honey Dijon y la cantante francesa Yseult.
Según el New York Times, la ropa del desfile no se producirá en masa y la marca no venderá ni utilizará el arte más allá de la película, con el objeto de «dar a las mujeres una plataforma lo más grande posible sin recibir nada a cambio».
En 2019 se llevó a cabo el último desfile de Victoria’s Secret, tras varios años de controversia por el llamado a boicot de la modelo australiana Robyn Lawley, que acusó a la marca de «decirle a las mujeres que solo hay un tipo» de hermoso cuerpo.
Por otra parte, se develaron vínculos entre Les Wexner, director ejecutivo de la empresa matriz L Brands, y Jeffrey Epstein, el delincuente sexual condenado por crear una red de tráfico de menores en el mundo.
«No hemos olvidado nuestro pasado, pero también estamos hablando del presente», reflexionó Raúl Martínez, director creativo en jefe de la marca, en un evento para la película a principios de este mes.
El primer desfile de moda de Victoria’s Secret se llevó a cabo en el Hotel Plaza de la ciudad de Nueva York en 1995; a partir de allí, el valor de producción del programa se disparó y el grupo principal de modelos de la marca se convirtió en nombres muy conocidos, incluidos Tyra Banks, Gisele Bündchen y Heidi Klum.
En la edición de 2010 el «sujetador de fantasía», un sostén de joyas que usaba una modelo selecta en cada edición, llegó a alcanzar los US$15 millones, y se convirtió en el sostén más caro de lencería y ocupó un lugar en el Libro Guinness de los Récords.
El programa más visto de la historia fue en 2011, cuando lo sintonizaron 10,3 millones de personas.
