La cantante estadounidense Taylor Swift lanzó su nueva producción titulada 1989 (Taylor’s Version), un álbum con 21 canciones regrabadas como parte de su proyecto de recuperar los derechos de autor de su obra.
Este es el cuarto álbum de versiones que la artista graba para recuperar los derechos de los seis discos que hizo.
Aunque en esta producción, incluyó seis temas temas inéditos que no había grabado: «Slut!», «Say Don’t Go», «Now That We Don’t Talk» o «Suburban Legends».
El lanzamiento ha causado furor entre los seguidores de la cantante, que no solo inundaron las redes sociales con publicaciones sobre el disco, sino que colapsaron la plataforma de música digital, Spotify.
De esta forma, la cantante de 33 años, será dueña del 80% de su discografía y sus fans disfrutan no solo de temas nuevos sino de la reinterpretación de sus grandes éxitos como «Blank Space», «Spice» o «Shake it Off».
Estos lanzamientos coinciden con la compra, por parte de la estrella pop, de su antiguo sello disquero, Big Machine, para recuperar los derechos de autor de sus canciones.
En 2019, el sello discográfico vendió los derechos de los temas de sus primeros 6 álbumes por 300 millones de dólares a Scooter Braun, productor musical y manager de artistas, a quien Swift denunció por manipularla durante años.
«Scooter me ha despojado del trabajo de mi vida, que no se me dio la oportunidad de comprar», dijo en ese momento.
Además agregó: «Música que escribí en el piso de mi habitación y videos que soñé y pagué con el dinero que gané tocando en bares, luego clubes, luego arenas y luego estadios».
Tras el cambio de dueños de la antigua Big Machine, le impidieron a la artista interpretar sus canciones en los American Music Awards de 2019 y utilizarlas en su documental de Netflix, Miss Americana (2020).
Ahora Taylor recuperó su música, está de gira mundial y tiene un biofilm en las salas de cine.