Como consecuencia de la brutal sequía en un pantano de la provincia de Cáceres, en España, emergió un círculo de docenas de piedras megalíticas que habitualmente se encuentran sumergidas en el embalse de Valdecañas y que se conoce como el “Stonehenge español”.
En realidad, el monumento se llama Dolmen de Guadalperal y se remonta al año 5 mil antes de Cristo.
El círculo de rocas era un sepulcro colectivo y se dice que alberga los cuerpos de acciones funerarias durante unos 2 mil años.
Aunque el monumento es antiquísimo, fue descubierto recién en el año 1926 por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier.
En 1963, el área fue inundada para construir un embalse y desde entonces solo se ha vuelto visible en cuatro ocasiones.
Aunque el motivo por el que vuelve a estar a la vista es muy preocupante los medios locales destacan la "oportunidad única” de valorar un sitio ninguneado históricamente.
El pasado mes de mayo fue declarado "Bien de Interés Cultural" con la categoría de Zona Arqueológica.
Asociaciones locales como Raíces de Peraleda impulsan trasladar el espectacular monumento a tierra firme pues si se deja en el agua corre peligro de desaparecer.
Sin embargo, al tratarse de una especie de cementerio, los expertos consideran que el traslado del conjunto megalítico supondría una pérdida irreversible del contexto histórico-arqueológico.
El hecho de que sea un sepulcro colectivo lo diferencia completamente de su referente mundial el Stonehenge, considerado por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad y localizado en Wiltshire, Inglaterra.
Cabe destacar que al igual que este embalse, las reservas hidráulicas de España siguen mostrando las consecuencias de los últimos meses de sequía.
