Durante su participación en la conferencia «Bosch Connected World», el visionario tecnológico Elon Musk levantó una bandera roja crucial: “El próximo problema global será la falta de electricidad”.
Musk, conocido por su trabajo innovador en vehículos eléctricos y exploración espacial, destacó la naturaleza precaria de nuestras cadenas de suministro globales y destacó un preocupante patrón de interrupciones en la cadena de suministro que se ha estado desarrollando en los últimos tiempos.
Musk enfatizó que la escasez inicial de chips de red neuronal fue seguida por desafíos para asegurar transformadores reductores de voltaje. Esta secuencia de eventos, según él, pinta un panorama preocupante para el futuro, con la posibilidad inminente de que la falta de electricidad surja como el próximo problema crítico.
«La electricidad no debería llegar a ser más del 50% de la energía que se puede generar directamente, porque el problema es la red eléctrica», precisó al diario Infobae y explicó: «Por más que tengamos grandes tendidos eléctricos de alta tensión, éstos son como una avenida. Cuando el tránsito es mayor a la cantidad de autos que pueden circular, la avenida queda angosta y el tránsito se frena».
«Con la electricidad pasa lo mismo. Por eso los autos eléctricos enchufables no son el futuro», aseguró.
Las implicaciones de su franca advertencia no son exageradas. A medida que la demanda de tecnologías avanzadas continúa aumentando en varios sectores, incluidos automotriz, telecomunicaciones y energía renovable, cualquier interrupción en el suministro de componentes esenciales podría tener consecuencias de gran alcance.
Desde vehículos autónomos hasta centros de datos, estas industrias dependen de la disponibilidad sin problemas de chips y de infraestructura eléctrica para funcionar eficientemente.
Si bien reconoce la complejidad de los desafíos que se avecinan, Musk propuso soluciones innovadoras para abordar estas amenazas inminentes. Una de esas soluciones implica acelerar la transición hacia fuentes de energía sostenibles, como la energía solar y eólica, junto con la implementación de sistemas avanzados de almacenamiento de energía.
Además, enfatizó la importancia de fomentar la resiliencia dentro de las cadenas de suministro mediante la integración vertical y la localización de la producción. Al reducir la dependencia de las redes de suministro globales y establecer capacidades de fabricación doméstica más sólidas, las industrias pueden resistir mejor los impactos y garantizar la continuidad de las operaciones.
«Lo que hay que hacer es un colchón», dijo el multimillonario. «Transformar esa energía de los recursos naturales en hidrógeno a través de electrólisis y almacenarlo para poder transformarlo en energía eléctrica nuevamente al momento que sean necesarias».
Sin embargo, las advertencias de Musk van más allá de meras soluciones técnicas. Instó a los responsables políticos y líderes de la industria a adoptar un enfoque holístico para abordar las vulnerabilidades sistémicas en la cadena de suministro. Esto incluye invertir en investigación y desarrollo para fomentar la innovación, promover la colaboración entre los interesados e implementar políticas que prioricen la sostenibilidad y la resiliencia.
No atender las palabras de advertencia de Musk podría llevar a consecuencias graves, incluidas interrupciones generalizadas en servicios esenciales, recesiones económicas y retrocesos en el avance tecnológico.
