Eutanasia, en griego, proviene de los vocablos “eu” (bueno) y “thanatos” (muerte): “buena muerte”. La eutanasia o “muerte apacible” es la intervención deliberada para poner fin a una vida sin perspectiva de cura. Se practica tanto en humanos como en animales.
En medicina la eutanasia es la provocación intencionada de la muerte de una persona quien padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa de ésta, y en un contexto médico.
El Presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció: “estamos comprometidos con el derecho a los cuidados paliativos y a una muerte digna…Mediante un proceso de consentimiento expreso, libre e informado”, para argumentar su propuesta de impulsar la aprobación, con urgencia, del proyecto de ley para autorizar el derecho a la eutanasia.
El planteamiento lo hizo durante el discurso que emitió ante el parlamento chileno para presentar su primera cuenta al país desde que asumió la Presidencia de su nación hace tres meses.
El proyecto para esta ley no es nuevo, ingresó al Congreso en 2011 y espera su segundo trámite en la Cámara Alta que, desde abril de 2021, no trata la normativa.
El documento legislativo establece condiciones para la eutanasia:
- Disponible para cualquier persona que padezca una condición médica dolorosa e irremediable: incluye pacientes con enfermedades terminales, o aquejados por una enfermedad grave e incurable.
- El paciente tiene que ser mayor de 18 años
- Debe haber sido diagnosticado por dos médicos especialistas de una enfermedad grave e irremediable
- Poseer nacionalidad chilena o certificado de residencia que acredite un tiempo de permanencia en el territorio superior a doce meses.
- La persona tiene que estar consciente en el momento de presentar la solicitud y contar con un certificado del uso pleno de sus facultades mentales.
En el resto de Latinoamérica se desarrollan varios procesos para la legalización de la eutanasia, pues cada país confronta diversas variables sociales, culturales y políticas que influyen en cualquier decisión de esta naturaleza.
Colombia despenalizó la eutanasia en 1997, la regularizó en 2015 y la convirtió en ley en 2021; hasta la elaboración de esta nota, al menos 157 personas de ese país se ampararon en este instrumento legal para cortar con sus padecimientos.
Argentina, Perú y México poseen regulaciones para lo que se conoce como eutanasia pasiva legal, mediante la cual los enfermos terminales pueden rechazar los tratamientos que prolongan artificialmente su vida; esas naciones están buscando aprobar proyectos como el de Colombia.
En México, legalizar la eutanasia pasa por ver a los Países Bajos (Holanda, el primero en Europa) pero opositores dicen que “México es muy diferente, que tiene otros valores”. Sin embargo, Ciudad de México, Aguascalientes y Michoacán también permiten que pacientes en estados terminales rechacen los tratamientos paliativos.
Uruguay tiene la ley de “voluntad anticipada” (“del buen morir”), que regula la libertad de un paciente para rechazar tratamiento, incluidos cuidados paliativos. Perú prohíbe la eutanasia pero un tribunal aprobó que Ana Estrada, quien tenía 30 años con una enfermedad degenerativa, ejerciera su derecho a morir dignamente.
