El Defensor del Pueblo de España, Ángel Gabilondo, informó que se estima que unas 440.000 menores de edad han sido víctimas de abuso sexual por parte de la iglesia española.
El número lo dio este viernes durante la presentación de un informe en el Congreso de los Diputados, que aún continuaba al momento de publicar esta nota, en el que abordó los abusos a menores en el clero, con un documento que fue entregado hoy en la Cámara baja.
Según la encuesta demoscópica incluida en el informe, que contó con entrevistas a más de 8.000 personas, se estima que alrededor del 1,13% de la población adulta actual, equivalente a unas 440.000 personas de un total de 38,9 millones de adultos, ha sufrido abusos en el ámbito religioso. Cabe destacar que el Defensor del Pueblo ha optado por no calcular esta cifra de manera específica, y el número lo estimó el diario El País de España, tras los dichos del funcionario.
Durante su intervención, el Defensor propuso la creación de un fondo estatal de compensación para las víctimas, argumentando que estas «merecen ser escuchadas, atendidas y correspondidas».
Además, denunció enérgicamente «el silencio de quienes pudieron hacer más para evitar» los casos de pederastia en la Iglesia. El informe, que consta de 100 páginas con testimonios de víctimas, representa el primer relato oficial sobre la pederastia en este contexto y fue posible gracias a la investigación iniciada por el diario español El País en 2018, como cuentan redactores del medio.
El drama del abuso y un pedido a la iglesia
Durante su intervención, el Defensor del Pueblo enfatizó la necesidad de que la Iglesia realice un esfuerzo por abrir sus archivos en relación a los casos de abuso sexual.
«Nosotros pedimos a la Iglesia que deben hacer un esfuerzo para abrir sus archivos […] Se nos dice una y otra vez que no hay mucha cosa […] Sería interesante que la Iglesia mirara sus archivos y [los] pusiera a disposición de quien está investigando […] Un asunto del Concordato señala que los archivos de la Iglesia son privados, y que por tanto no pueden ser abiertos por una instancia distinta de la Iglesia. Pero la Iglesia sí puede ver esos archivos», subrayó.
Igualmente hizo hincapié en el impacto que ha tenido en la víctimas la situación, y aunque no estimó una cifra, aseguró que muchas personas incluso se suicidaron tras haber sido abusadas dentro de la iglesia.
Es por ello que propuso la creación de un fondo para la atención psicológica de las víctimas del clero, que dijo debe financiar principalmente la iglesia.
«Legislar para colaborar me causa problema. Pero sí creo que la mejor manera de animar, por no decir forzar, a la Iglesia a que colabore, es la conciencia social y pública explicitada en todos los ámbitos de que es imprescindible que continúe su trabajo, que abra los archivos, que muestre con claridad lo que conoce, y que colabore con las instituciones que están buscando la verdad […] Se pueden hacer reformas para que colabore explicitamente, por ejemplo, poniendo dinero en el fondo estatal [para las víctimas], o poniendo los archivos al alcance, o modificando el Derecho Canónico para que las víctimas tengan un papel preponderante en el Derecho Canónico Penal» dijo citado por El País.
