El encierro de San Fermín, que inició ayer en España, despierta pasiones y polémicas. Esta festividad, arraigada en Pamplona desde 1591, atrae a miles de personas, pero también enfrenta críticas por el trato a los toros, y el peligro que impone a los presentes.
Tradición e identidad
San Fermín es una fiesta de interés turístico internacional. Los encierros, donde los participantes corren frente a los toros, son el corazón de la celebración.
Este evento, según los defensores, es una tradición que representa la identidad de Pamplona y Navarra.
Ignacio Murillo, especialista taurino del Diario de Navarra, afirma que los encierros son «esencia de la historia» de la ciudad y que las críticas provienen principalmente de personas ajenas a la cultura local.
Impacto económico
Los Sanfermines generan una importante derrama económica. La ocupación hotelera supera el 90%, incluso en tiempos de crisis.
Turistas de todo el mundo llenan las calles de Pamplona, consumiendo en restaurantes, bares y tiendas. Esta afluencia económica es crucial para muchos negocios locales que dependen de esta semana festiva.
Crueldad animal
Por otro lado, los defensores de los animales condenan los encierros por considerarlos una forma de tortura. Aïda Gascón, de la organización Anima Naturalis, señaló a la BBC que los toros sufren estrés y heridas durante la carrera.
Lindsay Rajt, de PETA, resalta que muchos turistas desconocen que los mismos toros que corren serán sacrificados en la plaza. Argumentan que es posible mantener tradiciones sin maltratar animales.
«El toro es un animal salvaje, bravo, al que se le somete a un calvario sin límites durante la carrera, rodeado de personas por todos los lados, que corren delante, a los laterales y detrás de él, y que ha de contemplar cómo cuando se forma un corrillo porque el animal se haya detenido ante la perplejidad de lo que le ocurre» opina Rafael Silva en un artículo publicado por OverBlog.
Balance del primer encierro de 2024
El primer encierro de los Sanfermines 2024 dejó un balance provisional de seis personas con contusiones, reportó El País.
El evento, que duró poco más de dos minutos, contó con toros de la ganadería La Palmosilla. La entrada del primer toro a la plaza fue rápida, mientras que los últimos dos toros se tomaron su tiempo, causando algunos incidentes menores en su recorrido.
El encierro de San Fermín es una tradición con profundas raíces culturales y un impacto económico significativo. Sin embargo, también plantea serias cuestiones sobre el bienestar animal. Encontrar un equilibrio entre tradición y ética animal es un desafío que Pamplona y el mundo deben enfrentar.