Este domingo las autoridades tailandesas consiguieron la cabeza del cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta Arteaga, asesinado y desmembrado por el español Daniel Sancho en la isla Koh Pha Hgan de Tailandia.
El pasado primero de agosto el médico fue picado en 14 pedazos, pero las partes no fueron encontradas sino hasta el pasado jueves 3 de agosto cuando unos recolectores de basura dieron con ellas, según informó el medio local Bangkok Post.
El autor del crimen puso partes del cuerpo en bolsas para fertilizante y las arrojó a la basura y las otras partes las colocó en un kayak, y luego, lo envió al mar.
El autor confeso del crimen es Daniel Sancho, hijo del reconocido actor español Rodolfo Sancho, que aseguró que cometió el delito en un «ataque de celos incontrolable». Sin embargo, en otra declaración a El Mundo, desmintió su primer testimonio y dijo que estaban juntos porque planeaban iniciar un negocio.
Posteriormente, volvió a cambiar la declaración y aseguró que estaba cautivo por el médico colombiano y por ese motivo había acabado con su vida, ya que lo obligaba a hacer cosas que él no quería.
«Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula», comentó en una entrevista con la agencia EFE.
La víctima había llegado a Tailandia el pasado 31 de julio para pasar unos días de desconexión con el hijo de Rodolfo Sancho.
El presunto autor del crimen dijo que en ningún momento sintió presión por parte de las autoridades tailandesas para declarar su culpabilidad y aseguró que aunque no estaba cómodo, tampoco fue forzado.
De hecho, las autoridades tailandesas llevaron a Sancho a diferentes zonas de la isla para realizar la reconstrucción del asesinato.
Los familiares del colombiano emitieron un comunicado en el que explican que no concederán ningún tipo de declaración “para no entorpecer la investigación”.
Por su parte, Rodolfo Sancho, el padre del presunto autor del crimen, compartió un comunicado: «Ruego a los medios de comunicación que se abstengan de emitir cualquier juicio precipitado ante los últimos acontecimientos».
«Pido que no se lancen informaciones que pudieran interferir en el desarrollo de la justicia y en el correcto procedimiento de la investigación, así como cualquier acción diplomática que pudiera estar en curso», concluyó.