El Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec) informó que el índice de pobreza alcanzó al 40,1% de la población económicamente activa y la indigencia al 9,3% en la primera mitad del año.
«Son 18,6 millones de argentinos y argentinas que no alcanzaron a adquirir la canasta de productos básicos que determina la línea de pobreza durante el primer semestre del año. La cifra perforó el techo de 40% que solo había sido superado en 2020, durante la pandemia», publicó el diario Página12.
Según el informe oficial, por la aceleración de la inflación de los alimentos, la indigencia creció más en términos relativos. Agregan que las estadísticas no incorporan el salto de 15% en el precio de los alimentos que se produjo tras la devaluación del tipo de cambio oficial luego de las elecciones PASO.
El índice no tomó por sorpresa a los analistas quienes pronosticaban un aumento en los niveles de pobreza producto de la mayor inflación.
Al igual que cada semestre, el panorama se vuelve más preocupante al desagregar el indicador por edades. La pobreza impacta más en los niños: más de la mitad, 56,2% de los niños y niñas menores de 14 años son pobres. En la población de 65 años y más, en cambio, 13,2% se ubicó bajo la línea de pobreza.
«Las causas de la pobreza son más bien estructurales y no coyunturales», explicó el investigador del Conicet Gonzálo Asussa, «esta crisis no tiene la particularidad de haber disparado el desempleo, pero sí hay una situación estructural de déficit en la generación de empleo formal en el sector privado hace varios años. Tanto en Argentina como en toda la región la informalidad ha sido una correa de transmisión constante y estructural de transmisión de la pobreza y reproducción de la desigualdad» dijo.