El tema de las horas de sueño necesarias para que el cuerpo tenga un descanso óptimo ha formado parte de un extenso debate a lo largo de la historia; son conocidos los hábitos de sueño de personalidades como Winston Churchil, que dormía 4 horas, Silvio Berlusconi o Donald Trump que duermen 2 o 3 horas.
La ciencia asegura que es vital para el cuerpo humano y su salud, dormir una jornada de 8 horas.
Sin embargo, más allá de las horas de sueño ha surgido otro debate ¿qué tan conveniente es mantenerse despierto después de la medianoche?
Un nuevo estudio sugiere que los humanos no están diseñados para estar despiertos después de medianoche, los científicos señalan que los cambios neurofisiológicos conducen a resultados negativos.
Investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Pennsylvania generaron una nueva hipótesis, que sigue en fase de estudio, sobre los efectos en el cuerpo humano cuando se mantiene despierto después de las 12 de la noche.
Los resultados arrojaron que mantenerse despierto hasta la madrugada altera la forma en la que interactuamos con el entorno, específicamente las acciones relacionadas con los impulsos: como el comportamiento adictivo, el consumo de sustancias o el juego.
Estudios anteriores como el publicado por la revista Frontiers in Network Physiology, habían corroborado que la privación de sueño conducía a una desregulación cognitiva y del funcionamiento del cerebro al día siguiente.
Por otra parte, el tema evolutivo del sueño nocturno prevalece en las costumbres actuales, por ejemplo, los primeros hombres tenían patrones de descanso nocturno porque era menos complicado cazar de día que no coche, por la claridad que brindaba la luz natural.
Además, hay cifras reveladoras que señalan que después de la medianoche el ser humano se expone a comportamientos impulsivos como el suicidio; según un estudio realizado en 2026 el riesgo de suicidio era tres veces mayor entre la medianoche y la seis de la mañana.
La Sociedad Europea de Cardiología hizo un estudio en 2021 con 500.000 voluntarios, entre 37 y 73 años, en un periodo de 5,7 años, y descubrieron que irse a dormir entre las 22:00 y las 23:00 se asocia con un menor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca
El instituto britaníco The Sleep Council, que tiene “la ambiciosa misión de empoderar a la nación para dormir mejor”, señala que la franja ideal para dormir se situaría entre las 22:00 y las 23:00 de la noche. "Es el momento en el que la temperatura de nuestro cuerpo disminuye, así como los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
