Un hecho insólito y de terror vivió un grupo de personas en un callcenter de España, luego de que una compañera de avanzada edad muriera, y ellos fueron obligados a seguir trabajando junto al cadáver durante tres horas.
Los testigos contaron que Inmaculada, una teleoperadora de mediana edad contratada por la empresa Konecta para dar servicio a las incidencias de Iberdrola, murió de manera repentina en su lugar de trabajo luego de desplomarse sin razón.
De inmediato la auxiliaron y solicitaron ayuda de servicios médicos, quienes llegaron al pasar unos minutos, sin embargo ya no pudieron hacer nada por la mujer de mediana edad.
Los servicios médicos se retiraron del lugar y solo taparon el cuerpo de la mujer, pero no lo retiraron, por lo que al no saber qué hacer, a los empleados se les ordenó seguir trabajando y contestando llamadas, refiere Telediario.
Luego de tres horas de seguir trabajando con el cuerpo de la compañera al lado, llego servicios forenses al lugar y retiraron el cuerpo, asimismo, a los empleados se les avisó 10 minutos antes que tenían que abandonar las instalaciones.
Más testigos relataron que algunos estaban en estado de shock, pues es un lugar grande donde hay decenas de trabajadores, y la noticia de que una mujer había muerto en el lugar de trabajo comenzó a divulgarse.
Otros empleados calificaron el hecho como una escena de terror, pues estaba el cuerpo en su lugar de la que fue su compañera, con una sábana encima, y así tuvieron que trabajar por más de tres horas.
Los trabajadores aseguran que preguntaron a sus supervisores y jefes qué tenían qué hacer respecto a lo sucedido, y estos respondían que no debían hacer nada y tenían que seguir en su estación de trabajo respondiendo llamadas.
La defensa
Ante el hecho que pasó de ser un rumor a una denuncia interpuesta por el sindicato de trabajadores ante las autoridades, Konecta, la empresa afectada asegura que tras la muerte de Inmaculada, «se le dio la opción de a los empleados de teletrabajar. Subirse a otra planta. Irse a su casa o quedarse en su puesto».
En un comunicado la empresa alega que, «se le dijo uno por uno a los empleados» y niegan rotundamente la versión de los sindicatos. «No se le dijo a nadie: ‘te quedas en la silla ateniendo llamadas’. No se obligó a nadie‘», recalcan. Asimismo, inciden en que «se cumplieron todos los protocolos de emergencias» y que los empleados «siguen teletrabajando una semana después».
Sin embargo, el sindicato mantiene la versión de los empleados. En un escrito público asegura que los teleoperadores «estuvieron trabajando más de dos horas con la compañera de cuerpo presente«.