Años atrás, las respuestas de los niños a la pregunta ‘’ ¿qué quieres ser de grande?’’ eran principalmente ‘’futbolistas, bailarinas, astronautas, chefs…’’, ahora todos quieren ser ‘’influencers’’; entre otras cosas, este cambio se debe a que hoy en día los creadores de contenido son los más famosos del siglo, y como dice su nombre, tienen el poder de influenciar a las personas que los siguen, sobre todo a los jóvenes, es por eso que era necesario que su actividad se supervisara y regulara.
El pasado 9 de junio en España entró en vigor la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual, un texto que incluye a los llamados ‘’influencers’’, quienes promocionan servicios o productos de terceros y que no pasan desapercibidos por las autoridades.
La Ley General de Comunicación, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), incluye principios generales que son aplicados a todo el ámbito audiovisual, como son la obligación de transmitir una imagen respetuosa de las personas con discapacidad, la protección de los usuarios respecto a contenidos que atentan contra la dignidad de la mujer o la veracidad de la información.
A su vez, tendrán que seguir una serie de obligaciones referidas a su conducta además de que deben prestar atención a la forma en que influyen en el desarrollo físico, mental y moral de los menores de edad.
La influencer, Gema Marín, fue una de las primeras en pronunciarse luego de que la norma fuera publicada, la española demanda que esta nueva ley sea algo "bidireccional", que no solamente le exijan a los profesionales cumplir con una serie de requisitos, sino que también los usuarios pongan de su parte en respetar y compartir las bases sanas de su trabajo.
El incumplimiento de estas obligaciones puede hacerles incurrir en una falta grave o leve con sus correspondientes sanciones y la posibilidad de que la plataforma en la que emitan se vea obligada a cerrar su canal.