“Si se va a pedir ahorro y eficiencia a los ciudadanos debe lanzarse un mensaje coherente y evitar espectáculos y eventos que supongan un derroche lumínico”. Así de contundente fueron la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, al solicitar a los ayuntamientos y otras administraciones que hagan un uso moderado del consumo energético durante el periodo de Navidades.
La medida se suma al plan de contingencia presentado luego de reunirse con asociaciones de consumidores y grupos parlamentarios para escuchar propuestas de cara a conseguir las herramientas necesarias para prepararse para un invierno que, advierten, será duro.
Una de las propuestas de las asociaciones es que se establezcan tarifas reguladas del gas para las comunidades de vecinos que tienen calefacción central. Esta “Tarifa de Último Recurso” para los consumidores residenciales tiene un precio inferior.
Las organizaciones también pusieron sobre la mesa la posibilidad que el Gobierno otorgue ayudas para la instalación de bombas de calor o sistemas de aerotermia -para sustituir la calefacción de gas-. Además, desde las organizaciones ciudadanas se exige que las compañías aclaren al consumidor el precio medio que ha pagado por kilovatio hora durante el periodo de facturación, con y sin la aplicación del tope al gas porque consideran que debería darse el dato del precio medio del kWh sin tener en cuenta los tramos de consumos -los famosos punta, llano o valle-, porque estos ya no coinciden con los precios más altos o más bajos.
Las medidas hasta ahora anunciadas serán coyunturales, pero sin perder de vista las estructurales: transformar lo más rápidamente posible el sistema energético haciendo la transición a una economía energética verde.