La Casa Blanca emitió un comunicado en el que explica que “Múltiples factores amenazan la capacidad de EE.UU. para proporcionar suficiente generación de electricidad para satisfacer la demanda esperada de los clientes”, por lo cual, se ha declarado un Estado de Emergencia Energética en el país.
Washington dice que tal circunstancia es causada por la situación en Ucrania y los fenómenos meteorológicos exacerbados por el cambio climático. Al efecto, solicitó a las empresas de servicios públicos y operadores de la red eléctrica trabajar en una planificación anticipada para responder a la demanda de la población.
El comunicado sugiere que la energía solar se encuentra entre las fuentes de generación eléctrica de más rápido crecimiento en EE.UU y que su uso será fundamental para reducir la dependencia de los combustibles fósiles; pero advierte que ese país no ha podido importar módulos solares suficientes para aumentar la capacidad.
En ese contexto, Joe Biden ha concedido autoridad adicional a la secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, para tomar las medidas que considere apropiadas en el escenario de la emergencia declarada.
Tales acciones incluyen la importación, libre del cobro de aranceles, de ciertas células y módulos solares desde Camboya, Vietnam, Malasia y Tailandia, que no estén sujetos a una orden de derechos “antidumping” o una orden de aranceles compensatorios vigente.
El anuncio del despacho de Biden, pone de manifiesto que las sanciones impuestas a Rusia en el marco de la crisis con Ucrania, el consecuente incremento del precio del petróleo, así como medidas contra la importación de paneles solares desde China, constituyen un bumerang que contribuyen a la crisis energética estadounidense.