Ese día Arelis terminó su turno de trabajo temprano, el mundo estaba convulsionado por la llegada de un virus desconocido que empezaba a propagarse.
Trabajar en el Call Center era lo único que tenía hasta ese momento para mantener a su hija Tábata de 2 años. Al llegar a su casa se enteró de una noticia que lo cambió todo, se decretaba en el mundo entero una pandemia y con ella vendrían muchos cambios.
El sector laboral era uno de los más afectados y de inmediato empezó la angustia de saber qué pasaría con su empleo, un centro de llamadas donde trabajaba 8 horas al día por un pago de 30$ al mes
“Intenté hacer caso omiso y al siguiente día me fui a trabajar tranquila. Ahí empezaba la pesadilla, la empresa no podía seguir trabajando porque ese no era un servicio prioritario”, dijo en entrevista con La Mosca News.
Las alternativas no eran muchas, trabajar en restaurantes de comida rápida o trabajo online, optó al principio por la primera opción y los resultados fueron positivos, pero al no poder salir de su vivienda a adquirir los productos se le dificultó seguir haciéndolo.
Fue entonces cuando cambió a la segunda opción y a los dos meses de trabajar desde su hogar para una empresa de telecomunicaciones, el estrés laboral la “consumió”; relata que la necesidad de atender su casa, su hija y el trabajo la llevó a un cuadro depresivo.
Arelis sentía la columna recta como si una vara estuviera entre pecho y espalda, se dio cuenta de que su memoria estaba dejando de ser la misma un día que olvidó almorzar, no lo recordó su mente ni su estómago. Ahí entendió que algo estaba mal y que tenía un grado de estrés laboral elevado.
“Llega un momento en que el cuerpo te habla y te dice que estás en problemas y la remuneración ya no es suficiente, te solventa la economía, pero te derriba a nivel emocional”, aseguró.
¿Y cómo saber que estamos ante una depresión?
Según el psiquiatra venezolano Arturo Rodríguez, el estrés laboral puede llevarte fácilmente a la depresión, una enfermedad que produce desánimo, sensación de desesperanza, vacío; la persona que lo padece no tiene ganas de nada, a veces ni siquiera de vivir.
El portal web Emotions in Harmony define la depresión como una patología que se caracteriza por sentimientos continuos de tristeza, desesperanza, irritabilidad, falta de motivación o interés por las cosas, falta constante de ánimo para hacer cualquier actividad que antes nos gustaban, dificultad para tomar decisiones y no poder realizar las tareas que solemos hacer diariamente.
Según el diccionario de Oxford, la depresión es “una enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas”.
Es importante tener en cuenta que la tristeza es una emoción normal, y es incluso recomendable sentirla y dejarla fluir cuando corresponde. Pero cuando no podemos librarnos de esa emoción se deben prender las alarmas. La primera acción es buscar ayuda médica especializada.
Las causas de una depresión son variadas, puede surgir por la muerte de un familiar, de un ser muy querido, por un desequilibrio neuronal o bioquímico, y ahora, con la crisis económica mundial y la pandemia, una buena parte de la población ha tenido que asumir hasta triples jornadas de trabajo, por lo que se suma la causa del estrés laboral.
Efectivamente, Rodríguez afirma que el estrés laboral es uno de los principales detonantes de la depresión. Se ha convertido en uno de los primeros promotores en los últimos 3 o 4 años, Según confirmó a La Mosca News.
El escenario laboral actual, marcado por la globalidad y la inestabilidad, genera unas condiciones que hace que muchos profesionales experimenten frustración y un alto nivel de tensión emocional, que conlleva un aumento de los niveles de estrés laboral y del desgaste profesional, asegura un trabajo realizado por la Universidad Autónoma de Madrid.
Según los datos de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo, en el año 2009 se estimaba una pérdida de 1.250 millones de días de trabajo anuales debido a problemas de salud relacionados con el trabajo, mayormente por depresión.
Situación actual
De acuerdo con datos de este año, uno de cada cinco casos de depresión, es atribuible al estrés laboral. Así lo reveló en julio de 2022 un estudio internacional publicado en la revista Molecular Psychiatry y liderado por científicos del Hospital Clínic-IDIBAPS.
Agrega que una de las razones ha sido la pandemia y la implementación del teletrabajo como una forma de subsistir.
Por otra parte, según un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry, si se redujera este factor de riesgo, llegaría a 18% los casos de trastornos depresivos.
Celso Arango, jefe de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y autor del estudio, expone que el estrés es algo positivo para el organismo, pues es la reacción ante una alerta y el cuerpo humano está acostumbrado a él. Pero todo tiene su medida. “El estrés aumenta el cortisol, que es neurotóxico. El estrés crónico, mantenido, acaba produciendo insomnio, ansiedad y cuadros depresivos”, explicó el médico, que también es presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, reseñó el diario español El País.
Lo que se siente
Cuando tienes depresión por estrés laboral, levantarte de la cama puede ser una odisea, es una real batalla tener que bañarse y de allí sentarse a trabajar o ir a la oficina, el principal factor de este desgano, es un acto heroico para cualquier persona con depresión.
“Mis hijos creen que soy floja, que nunca quiero hacer nada, pero es que siento un peso encima que no me deja moverme, no me dan ganas de trabajar, no quiero bañarme, no me quiero ni arreglar, solo quiero estar inmóvil”, cuenta América Velázquez, quien fue diagnosticada con depresión desde que comenzó a laborar para tres empresas por razones económicas.
Narra que algunas veces, incluso, no le dan ganas de seguir viviendo, que no tiene ánimos ni motivación por nada. Por este motivo decidió buscar ayuda de un psiquiatra que la ayude a salir de “este hueco”, como ella le llama.
El desánimo, la tristeza, la desesperanza, son los síntomas más notables que determinan el diagnóstico de una depresión.
Durante los últimos años, la forma de vivir de millones de personas cambió radicalmente con la pandemia por Covid-19, qu9e modificó no solamente los patrones de salud, sino que impactó en la economía global, pero también en la de las personas y su contexto psico social.
Por esa razón, la depresión, en este lapso de tiempo, llegó a ser denominada por muchos expertos como la “pandemia silenciosa”, pues en muchos países aumentó la tasa de suicidios como consecuencia de esta afección, así como la cantidad de consultas psicológicas.
Ante este escenario, te recomendamos buscar ayuda profesional si te sientes en riesgo de depresión y tratar de establecer algunas rutinas positivas y de descanso, que permiten despejar la mente y sentirte en armonía.
El personal de salud de once países de América Latina presentó elevadas tasas de síntomas depresivos, pensamiento suicida y malestar psicológico, según los resultados de un estudio liderado por las universidades de Chile y Columbia, con la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2021.
El informe The COVID-19 HEalth caRe wOrkErs Study (HEROES) muestra que entre 14,7% y 22% del personal de salud entrevistado en 2020 presentó síntomas que permitían sospechar un episodio depresivo, mientras que entre un 5 y 15% del personal dijo que pensó en suicidarse. El estudio también da cuenta que en algunos países solo recibieron atención psicológica cerca de un tercio de quienes dijeron necesitarla, reportó la OPS.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 280 millones de personas viven con este trastorno emocional, lo que convierte a la depresión en una de las enfermedades mentales más frecuentes.
Carlos Maturén destaca que hace 4 años fue diagnosticado con depresión y cuenta que esta enfermedad es una mezcla de los sentimientos de “tristeza, frustración y derrota” que en ocasiones le incapacita para continuar con su vida cotidiana.
Lo más indicado al sentir cualquiera de estos síntomas es ir a un médico, más vale preguntar, consultar que seguir padeciendo este trastorno en silencio y sin ganas de nada.
En el caso de los trabajos presenciales es peor, según el psicólogo clínico Eduardo Parra, el estrés laboral desencadena también desánimo en el trabajo y competitividad entre los compañeros.
“Indiscutiblemente te va a generar reducción de la productividad, problemas interpersonales, además se ha comprobado que ser víctima de estrés laboral está relacionado con el acoso laboral, lo que desata de forma inmediata una respuesta de estrés intensa y prolongada en el tiempo”.
Destaca que el tratamiento para el estrés laboral se basa en un tratamiento psicológico similar al que se realiza para otros tipos de estrés, una terapia con un especialista para evitar que el entorno laboral afecte a la salud del paciente, así como formas de evitar las situaciones de conflicto.
En algunos casos, para vencer el estrés laboral es necesario cambiar las condiciones laborales.
También es necesario identificar qué tipo de depresión puedes llegar a sufrir por estrés laboral.
Trastorno depresivo mayor: Trastorno de salud mental que se caracteriza por depresión persistente o pérdida de interés en las actividades, lo que puede causar dificultades significativas en la vida cotidiana.
Trastorno depresivo persistente o Distimia: Depresión moderada pero prolongada.
Trastorno bipolar: Enfermedad que provoca altibajos emocionales, que van desde trastornos de depresión hasta episodios maníacos.
Trastorno bipolar tipo II: Tipo de trastorno bipolar menos grave, caracterizado por episodios hipomaníacos y depresivos.
Las manifestaciones de padecer estrés laboral siempre se pronunciarán a través de los síntomas, sin embargo, no siempre tienen que ser algo negativo. Su gravedad dependerá de la intensidad, la duración y la función adaptativa de la respuesta de estrés en sí misma.
La idea es canalizarlo como un llamado de atención donde el cuerpo y la mente se saturan de tal manera, que generan una alerta para reducir la manera de ejercer la función vital de trabajar.