En medio de la extrema ola de calor que se vive en el mundo por el aumento de temperaturas, se le suma el dato de que gran parte de América del Sur, tuvo invierno que casi fue como un verano.
Este proceso no solo afecta al cuerpo, sino también a la mente y suele conocerse como estrés térmico.
Las estadísticas aseguran que en el mes de julio hubo un récord en la historia de la meteorología. Se confirmó que la temperatura media global fue la más alta registrada para cualquier mes en la Tierra, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la Unión Europea.
Investigaciones se han concentrado en los efectos que, además, pueden tener en nuestro bienestar mental fuertemente asociados entre las temperaturas ascendentes y varios tipos de problemas de salud mental.
Esto incluye el aumento de los suicidios, de los delitos violentos y las agresiones, las visitas a la sala de emergencias, las hospitalizaciones por trastornos mentales y las muertes, especialmente entre las personas con esquizofrenia, demencia, psicosis y uso de sustancias.
Por cada grado Celsius (o 1,8 grados Fahrenheit) que aumenta la temperatura, los científicos han estimado que existe un aumento de casi el 5% en el riesgo de muerte entre los pacientes con psicosis, demencia o consumo de sustancias.
Además han informado un aumento de 0,7% en los suicidios relacionados con el aumento de las temperaturas, y un aumento del 4% al 6% en la violencia interpersonal, incluidos los homicidios.
Aunque los científicos todavía no descubren a qué se debe este fenómeno, tienen claro que el calor agobiante tiene alguna relación con una peor salud mental.
Investigaciones
Un estudio publicado en la revista científica JAMA Psychiatry el año pasado, examinó el historial médico de más de 2,2 millones de adultos que visitaron la sala de emergencias en 2775 condados de Estados Unidos (EEUU) entre 2010 y 2019.
Otras investigaciones han revelado que es posible que un alza en la temperatura dispare recaídas temporales en personas con trastorno bipolar y que mayores exposiciones a la luz solar quizá eleven el riesgo de episodios maniacos.
El calor no solo alimenta sentimientos como la irritabilidad y la ira, sino que también parece exacerbar las enfermedades mentales, como la ansiedad, la esquizofrenia y la depresión.
Los adultos mayores , los adolescentes y las personas con enfermedades mentales preexistentes son particularmente vulnerables, al igual que las personas que no cuentan con vivienda o son de nivel socioeconómico más bajo .
Además, un estudio histórico publicado en JAMA el año pasado analizó datos de más de dos millones de personas con seguro privado, y encontró que las visitas a los departamentos de emergencias de EEUU aumentaron.
Cuando el cuerpo intenta regular su temperatura durante una ola de calor, explicó, está sujeto a mayor presión, lo que causa más estrés e inflamación. Quienes ya de por sí sufren padecimientos de salud mental pueden ser especialmente vulnerables al estrés adicional generado por el calor, que podría provocar síntomas desmesurados, señaló.
En el estudio de 2018, el equipo de Obradovich y Paulus descubrió que quienes tenían ingresos bajos experimentaban peores efectos en la salud mental por el calor que las personas de mayores ingresos, y las mujeres experimentaban peores efectos que los varones.
Con estos datos combinados, descubrieron que el efecto del calor en la salud mental de las mujeres con ingresos bajos podía cuantificarse como el doble del sufrido por los varones de ingresos altos, variable que no le favorece.