Un nuevo estudio reveló que el alcohol no aumenta «la atracción percibida» sino la confianza para interactuar con alguien que nos gusta. Es decir, el famoso «efecto embellecedor» es un mito popular.
«Muchos conocerán el supuesto efecto: después de uno o dos tragos de alcohol esa persona que antes no te había llamado la atención, de pronto te empieza a interesar». Eso no fue lo que reveló el estudio publicado en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
Los investigadores de la Universidad de Pittsburgh realizaron dos sesiones en las que los participantes masculinos tomaron bebidas con y sin alcohol. Para crear un contexto más realista, se les dijo a los participantes que podían conocer a las personas evaluadas. Además, cada uno llevaba consigo a un compañero de bebida habitual que también participaba, con la intención de simular la dinámica real del consumo social de alcohol.
A los 36 hombres jóvenes se les pidió que calificaran el atractivo de personas desconocidas en fotos y vídeos. Se presentaron 16 personas en cada sesión, la calificación era del 1 al 10 y luego debían elegir a cuatro con quienes quisieran conversar en un experimento futuro.
Los autores señalan que limitaron el estudio a un solo sexo porque las recompensas sociales de la bebida están bien demostradas en el caso de los hombres. Pretenden utilizar sus hallazgos, junto con investigaciones anteriores sobre el vínculo social, para justificar un futuro estudio en el que participen diversos géneros.