Un estudio reciente liderado por el científico Jeff Morgan Stibel, del Museo de Historia Natural de California, descubrió un vínculo entre los cambios climáticos pasados y la reducción del tamaño del cerebro humano.
El científico analizó casi 300 fósiles de especímenes de los últimos 50.000 años y los cotejó con los registros de temperatura, humedad y precipitaciones, para estudiar el impacto de los cambios ambientales en el sistema neurológico.
Los fósiles se dividieron en cuatro grupos de acuerdo a su antigüedad: 100 años, 5.000 años, 10.000 años y 15.000 años. Posteriormente se compararon con los cambios observados en las muestras con cuatro registros climáticos.
«Dadas las recientes tendencias de calentamiento global, es fundamental comprender el impacto del cambio climático, si lo hay, en el tamaño del cerebro humano y, en última instancia, en el comportamiento humano», detalla Stibel en el artículo publicado.
Previamente, el científico había estudiado el encogimiento cerebral y buscaba las posibles causas de este fenómeno. «Comprender cómo ha evolucionado el cerebro a lo largo del tiempo en los homínidos es crucial para comprender nuestra especie» agregó Stibel.
Si bien es cierto que el estudio concluyó que a medida que las temperaturas han ido aumentando, el cerebro ha ido disminuyendo, este proceso degenerativo se produce a lo largo de múltiples generaciones, por lo que requiere miles de años.
Sin embargo, Stibel señala que los factores climáticos nos son las únicas variantes que influyen en el encogimiento del cerebro; el ecosistema, la cultura o la tecnología también pueden generar este fenómeno.