Dos recientes estudios sugieren que el embarazo puede acelerar el proceso de envejecimiento en las personas gestantes. Estas investigaciones, realizadas por grupos de científicos por separado, analizaron los marcadores genéticos de las células sanguíneas de las embarazadas, arrojando resultados interesantes pero también contradictorios.
Uno de los estudios, publicado en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, liderado por el doctor Calen Ryan del Columbia Aging Center de la Universidad de Columbia, encontró que las células sanguíneas de las mujeres embarazadas parecen envejecer a un ritmo acelerado.
La investigación utilizó algoritmos de inteligencia artificial para analizar los patrones de marcadores químicos en muestras de sangre de 825 mujeres jóvenes de Filipinas, concluyendo que la edad biológica de las mujeres embarazadas tendía a ser superior a la de las no embarazadas, incluso después de ajustar por factores socioeconómicos y de salud.
Sin embargo, el estudio también aportó un hallazgo optimista: sugiere que el proceso de envejecimiento puede revertirse después del parto, especialmente si la madre amamanta a su bebé. Los investigadores observaron que, en la mayoría de las mujeres, el envejecimiento celular parecía invertirse en los tres meses posteriores al parto, dejándolas biológicamente más jóvenes que antes.
El otro estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, y liderado por Kieran O’Donnell de la Universidad de Yale, analizó los cambios epigenéticos relacionados con la edad biológica de las mujeres embarazadas.
Utilizando muestras de sangre de 119 mujeres estadounidenses embarazadas, encontró que el embarazo parecía envejecer a las madres incipientes a medida que se acercaban al término, pero que este envejecimiento se revertía en la mayoría de las mujeres en los tres meses siguientes al parto.
A pesar de estos hallazgos, algunos científicos expresan escepticismo sobre los resultados, señalando limitaciones en los estudios y cuestionando la interpretación de los datos. Aunque los cambios celulares captados podrían ser indicadores útiles de salud, se necesitan más investigaciones para comprender completamente la relación entre el embarazo y el envejecimiento.