Eterna juventud: la promesa por la que millonarios dilapidan sus fortunas

La búsqueda humana por la eterna juventud es histórica y Sergey Brin, Larry Page, Peter Thiel, Larry Ellison o Bryan Johnson son algunos millonarios de Silicon Valley que gastan millones para encontrar el elixir para no envejecer.

«El deseo de permanecer jóvenes durante más tiempo continúa prevaleciendo, aunque, por el momento, los avances médicos en materia de rejuvenecimiento solo están al alcance de unos pocos afortunados que pueden pagar su alto precio», publicó el portal xataka.com.

Uno de los más millonarios que más visibilidad ha tenido en el ámbito de la búsqueda de la eterna juventud ha sido Bryan Johnson, de 45 años, que hizo su fortuna a los 30 tras vender su empresa de pagos digitales a eBay.

Johnson gasta dos millones de dólares al año para ralentizar su reloj biológico que -según él mismo- corresponde a una persona de 37 años, su piel a la de una persona de 28 años y su capacidad pulmonar a la de una de 18 años. Es todo un compromiso preguntarle la edad a este hombre.

Tal y como él mismo relata en el podcast The Diary of a CEO, además de llevar una rutina deportiva, alimentaria y de descanso propia de un atleta de élite, el millonario lleva a cabo una terapia de transfusión de plasma con su hijo de 18 años, que acompaña con la ingesta de 111 píldoras con complementos al día.

El día a día del millonario está monitoreado por un equipo médico del proyecto Blueprint, formado por 30 doctores y liderado por Oliver Zolman, un joven doctor de 29 años obsesionado con las terapias de rejuvenecimiento.

«Estoy buscando resultados que nunca se han logrado», confiesa Zolman en una entrevista a Fortune, donde se afirmó que solamente cobra a millonarios como Johnson y ajusta su tarifa a su cliente. “Si no tienen dinero, simplemente no cobro. Si son multimillonarios, entonces es como, está bien, miles de dólares no son nada para ellos», afirmó Zolman.

El deseo de usar plasma joven para recuperar el vigor de la juventud es algo que incluso se ha plasmado en la literatura con obras como Drácula de Bram Stoker en 1897.

El caso de Johnson es de los más extremos. Pero en la meca de la tecnología encarnada en Silicon Valley hay muchos millonarios que buscan la eterna juventud. En ese caldo de cultivo, son muchos los “científicos” que disfrazan pseudociencia con tecnología impulsada por millonarios de Silicon Valley.

Novak Djokovic no ha conseguido ser número uno del tenis sólo por su saque, también ha tenido la ayuda de un “acondicionamiento celular óptimo” sentándose un rato dentro de una cápsula presurizada valorada en 75.000 euros que promete aumentar el rendimiento muscular usándolo 3 veces por semana.

Peter Thiel es uno de los cofundadores de Paypal, y su fortuna asciende a más de 2.000 millones de dólares. Está invirtiendo parte de esa fortuna en Unity Biotechnology, una startup que investiga fármacos para alargar la vida lo máximo posible. En 2014, el millonario afirmaba en una entrevista a Bloomberg estar tomando una píldora de hormona de crecimiento humano con la que según explicaba el millonario, “es mucho menos probable que sufras lesiones óseas o artritis».

El millonario inversor también mostró estar interesado en las terapias de rejuvenecimiento con plasma juvenil que sigue Bryan y ha donado millones a iniciativas buscaban alargar la vida de las personas, incluida la Fundación Methuselah (Matusalén), una organización sin ánimo de lucro que impulsa la investigación contra el envejecimiento.

Larry Ellison, fundador de Oracle, también parece dispuesto a desprenderse de gran parte de su fortuna a cambio de unos años más de vida. En este caso, la cuarta persona más rica del mundo ha invertido más de 430 millones de dólares en distintos proyectos de investigación antienvejecimiento y fundó la Ellison Medical Foundation que se encarga de financiar investigaciones para ralentizar el envejecimiento.

Sergey Brin y Larry Page, fundadores de Google, además de coleccionar aviones también han invertido ingentes cantidades de dinero en investigaciones para parar el reloj del envejecimiento. El caso de Sergey Brin está especialmente justificado, ya que sufre una mutación genética que le hace susceptible de desarrollar Parkinson.

Entre ambos millonarios han sumado más de 1.000 millones de dólares en inversiones para empresas como Calico Labs que desarrollan medicamentos para enfermedades relacionadas con la edad e incluso creando Verily Life Sciences una incubadora de proyectos de investigación dentro de Alphabet.

No menos urgente es la necesidad de David H. Murdock, expresidente de la Dole Food Company y fundador del Instituto de Salud y Longevidad de California. Murdock, de 100 años ya no espera vivir eternamente, pero invierte parte de sus 3.400 millones de dólares en tecnologías e investigaciones que le permitan llegar a cumplir los 125 años.

Tal vez los millonarios del actual Silicon Valley no consigan sus sueños de inmortalidad, pero apuestan con sus millonarias inversiones a conseguir los avances necesarios para prevenir o curar enfermedades graves en el futuro.

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