Este lunes fueron reveladas en el programa Código 10, de Telecinco, las declaraciones filtradas de la futbolista española Jenni Hermoso a la fiscalía, en las que señaló que el beso que le dio Luis Rubiales, no fue consentido. «No me sentí respetada» dijo la campeona del Mundial Australia y Nueva Zelanda 2023.
«Lo primero que le digo al abrazarle fue ‘la que hemos liado’. Él pega un salto sobre mí, yo me mantengo firme para sostenernos. A la que baja me dijo que ‘este Mundial lo habíamos ganado gracias a mí’. Lo siguiente que recuerdo son sus manos en mi cabeza y no recuerdo haber escuchado nada más» declaró Hermoso en la sede de la Fiscalía General del Estado.
La futbolista aportó más datos de las supuestas presiones que se generaron por parte de Rubiales, el presidente de la Real Federación de Española de Fútbol (RFEF), y todo el entorno de la selección para hacer control de daños y no afectar su imagen.
«Yo estaba viviendo algo histórico y pensé que algo así iba a acarrear consecuencias. Yo no hice nada para encontrarme con esa situación» acotó Hermoso.
La jugadora detalló que Rubiales fue a buscarla en el vestuario, en Sidney, y también la abordó en Doha, mientras hacían escala antes de llegar a Madrid, para pedirle que apareciera junto a él en un video explicativo.
«No me lo esperaba, no me esperaba que en ese escenario… Era la entrega de medallas de un Mundial. Mucha emoción, mucha alegría, pero yo no busqué ese momento ni hice nada para que se llevase a cabo este acto», agregó la jugadora del Pachuca de México.
Luego de la celebración el personal de la RFEF, la directora de fútbol, Ana Álvarez, y la responsable de prensa Patricia Pérez, la abordaron para que aprobara un comunicado previamente elaborado.
«Me enseña un escrito, que yo no dije ni una palabra de ese escrito. Y yo dije: ‘¿Pero por qué tengo que hacer esto?’. Tenemos que hacer algo, tenemos que parar esto. Y yo le dije: ‘Pues haced lo que queráis'» detalló la futbolista.
El comunicado señalaba que no había ningún tipo de conflicto entre Rubiales y Hermoso, que el beso fue mutuo, un acto de cariño en un momento de euforia. Sin embargo, la futbolista desmintió cada una de las palabras.
«Él me decía: ‘Tienes que ayudarme, y hacerlo por mis dos hijas que están ahí llorando en el avión’. Él me estaba pidiendo que le ayudara a solucionar un acto que él provocó. Yo no sentía que tuviera que ayudar a nadie» agregó.
Desde ese momento nadie más se le acercó, pero las presiones igual llegaban por todos los frentes. El entrenador del equipo, Jorge Vilda habló con el hermano, la prima y su novio para tratar de persuadir indirectamente a la jugadora.
Actualmente, tanto Vilda como el director de la selección masculina Albert Luque, están imputados por coacciones a Hermoso.