Las mascotas son compañeros de gran importancia para muchas familias en el mundo: por lo general, entre los favoritos están los perros y los gatos y las decenas de razas que existen por todas partes.
La Mosca quiere mostrarte algunas características específicas de estos dos nobles animales, pues a la hora de elegir entre tener un gato o un perro en casa es importante tener en cuenta algunos aspectos fundamentales para ver, a cuál de ellos se adapta mejor el ambiente del hogar al que serán incorporados: Se trata de un nuevo miembro para la familia.
Unos prefieren los perros porque son más sociales, aseguran los veterinarios en revistas especializadas, otros adoran a los gatos porque son independientes. Sin embargo, muchas de estas opiniones son un mito.
Por ejemplo, hay gatos, especialmente los que adoptan y rescatan de la calle, que son sumamente apegados a sus amos, a su padre o madre humana. Los gatos son animales muy limpios, van a su arenero a hacer sus necesidades y son mascotas sanadoras. El gato suele acostarse sobre la parte del cuerpo del humano que siente alguna dolencia y generar alivio.
Al igual que el perro, el gato puede vivir tranquilamente dentro del hogar, lo único negativo es que si no es castrado o esterilizado (hembras) el olor de su orine es realmente desagradable, especialmente el del macho, porque marca territorio para llamar a la hembra.
Los perros no son tan limpios como los gatos, cuando son cachorros se comen zapatos, ropa y hasta muebles porque, como sucede con los bebés, les duelen y pican las encías. Ese proceso se calma con adiestramiento y a medida que se hace más adulto. Lo positivo del perro es que suele ser un compañero fiel, demuestra más su cariño y siempre quiere estar al lado de su amo, aunque esto también varía de acuerdo con cada animalito. Eso de que hay perros que parecen gatos es muy cierto, y viceversa.
Estudios sobre las preferencias
Un estudio que arroja el índice Big cat afirma que en Alemania 59 % de las mascotas son gatos y en Francia 48 %. Este estudio afirma que los factores socioeconómicos determinan la preferencia entre perros y gatos, reseñó El Clarín de Argentina.
El medio de comunicación señala que los gatos son independientes y dan poco trabajo. Requieren de menor atención que los perros; son ideales para personas que viven solas y trabajan todo el día. Se pueden quedar solos durante largas horas y no es necesario sacarlos a pasear.
Los perros, en cambio, necesitan más cuidado y tiempo de atención. Cuando se opta por un perro es importante valorar el tiempo que se le puede dedicar, explica El Clarín.
“Implican mayores gastos. Algo a tener en cuenta es el consumo de alimento, ya que cuanto más grande sea el perro, mayor será su requerimiento diario de comida. Son más ruidosos. Los perros de menor tamaño suelen ser los más ladradores pero, si se los educa de cachorros, aprenden con facilidad”, destacó el medio argentino.
