Representantes de la Unión Europea están a la expectativa , pues el consorcio ruso de hidrocarburos Gazprom, informó que no puede garantizar la operación segura del gasoducto Nord Stream, que transporta gas de Rusia a Alemania por debajo del mar Báltico.
Hace una semana, la empresa informó la suspensión del suministro de gas debido a la parada programada de mantenimiento preventivo de este gasoducto, desde el 11 hasta el 21 de julio. En un comunicado la estatal destacó que, durante este período, se realizaría un test de componentes mecánicos y sistemas de automatización para garantizar la explotación eficaz, segura y fiable del gasoducto.
La empresa gasífera argumenta en un documento publicado este miércoles que desconoce cuándo podrá disponer de una turbina que estaba retenida en Canadá, necesaria en la estación compresora de Portovaya, ubicado en la región de Leningrado, para mantener la seguridad en todo el gasoducto.
Sin embargo, el ministro canadiense de Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, informó el pasado 11 de julio que esta turbina reacondicionada por la empresa Siemens en la ciudad de Montreal, será entregada a las autoridades alemanas y no directamente a responsables rusos como se planteó en un principio.
Esta pieza estuvo retenida como parte de las sanciones impuestas al Gobierno ruso por el actual conflicto bélico en Ucrania.
A través de un comunicado, Gazprom destacó que “no tiene un solo documento que permita a Siemens sacar de Canadá el motor de la turbina de gas. En estas circunstancias, no es posible sacar una conclusión objetiva sobre el desarrollo futuro de la situación para garantizar la operación segura de la estación compresora de Portovaya, que es una instalación crítica para el gasoducto Nord Stream”.
Expertos diplomáticos y del sector energético auguran que más allá de un cambio de fechas en el reinicio de operaciones de este gasoducto, sea una estrategia geopolítica de Rusia para generar un impacto en los precios internacionales del gas.