Había una vez un tiempo lejano, cuando los niños pasaban todo el día en la calle, los patios, jardines o parques jugando a la pelota, las computadoras eran cajas enormes de letras verdes que poca gente entendía bien. La sexualidad era un tabú, y había teléfonos conectados a la pared con un disco de números que solamente servía para llamadas. Este escenario es impensable para los jóvenes de ahora (por nacimiento, juventud de espíritu es otro tema).
Este viernes 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud la llamada generación Z o centennials, un grupo de personas que, según los análisis, son impacientes, emprendedores, inconformistas y digitales, que dejaron de lado a los reyes de un pasado cercano: los millennials.
Pasado increíble
“¿Cómo hacías para hablar con tus amigos mamá, sin celular?”, le dice un niño de 12 años a la madre, que se conectaba a internet con un sonido metálico más parecido a una llamada telefónica fallida que a otra cosa.
Autodidactas y creativos, los nacidos a partir de 1994 hasta el 2012 prefieren averiguar por su cuenta antes que preguntar. Quieren innovar, y no conocen los límites. Contrario a sus padres (millenials o generación x), no sueñan con trabajar en grandes corporaciones, sino con construirlas.
La impaciencia también los define. Es impensable tomar un texto de la enciclopedia Encarta y poner el CD en la PC blanca para investigar las barbaridades del Holocausto: “¿no existía Google?… ¡no!”.
Para los centennials la comida se fotografía, la pelota es un control de PS5 o X Box, el celular es la caja negra de la vida, y los influencers son los nuevos héroes a copiar. La publicidad engaña, hay que ver unboxing, el sexo está lejos de ser un tabú, experimentar no está mal visto, al contrario.
Ser conservacionista, feminista, y amigos de la diversidad es una ley, y todo se registra en imagen o video. No se conforman, siempre quieren más; la televisión sirve sólo para ver youtube o jugar con las consolas, y los límites no existen.
¿Es una evolución? depende de cómo se mire, lo cierto es que esta nueva generación le está robando el mando a los millennials, cambiando las reglas del juego, haciendo camino y celebrando hoy su día, del que seguramente ya se enteraron, a través de las redes sociales.