Gisèle Pélicot narró ante el Tribunal de Aviñón el horror que vivió durante años. Su esposo, Dominique Pélicot, la drogó repetidamente y la vendió como un objeto sexual en una web pornográfica, permitiendo que 80 hombres la violaran, en un periodo de casi 10 años.
Este juicio histórico es en contra de Dominique, y de 50 hombres que pudieron ser identificados por el desgarrador material que tenía Dominique en su teléfono. 30 más no pudieron ser identificados aún.
Descubrimiento aterrador
«Mi mundo se hundió cuando la policía me mostró fotos de hombres desconocidos violándome», dijo Gisèle. Al descubrir la traición de su esposo, sintió que su vida feliz con sus tres hijos era una mentira.
Durante siete años, fue drogada y abusada sexualmente varias veces por semana sin su consentimiento. No lo sabía, estaba inconsciente.
Fotos y videos como evidencia de la tortura a Gisèle
La policía encontró 4.000 fotos tomadas por Dominique, mostrando las atrocidades cometidas contra Gisèle. En esas imágenes, ella aparece desnuda, siendo maltratada por uno o más hombres, incluido su esposo. No se trataba de actos sexuales, sino de crueldad extrema, afirmó Gisèle.
Pero no siempre fue así. «Lo tenía como un tipo muy simpático», «un hombre encantador», «un padre feliz, al frente de una familia feliz». Así describió al padre de sus hijos, quien en realidad era su verdugo.
Un relato desgarrador
«Me trataban como una muñeca de plástico. No se trataba de escenas de sexo. El padre de mis hijos fotografiaba violaciones y escenas masoquistas en las que participaban uno o dos hombres, incluido el padre de mis hijos. Nada de sexualidad. Se trataba de crueldad gratuita contra una mujer convertida en objeto que se usa, se viola y se tira» dijo en el estrado la víctima.
«Había construido una vida feliz, en familia, con nuestros hijos. De repente, descubrí un mundo de pesadilla alucinante, cruel, obscena. Un mundo de barbarie desalmada. En las fotografías tomadas por mi marido, estaba desnuda, cuando los hombres se sucedían para violarme» manifestó la mujer.
Gisèle concluyó su declaración agradeciendo a los policías por salvar su vida. Gracias a sus descubrimientos, ahora intenta reconstruir su vida tras años de abusos y mentiras.
«Los policías me salvaron la vida. Cuando descubrieron los horrores bárbaros del padre de mis hijos, drogándome, hundimiento décadas de vida tranquila. Me descubrieron el verdadero rostro del horror. Con sus descubrimientos puede comenzar a intentar construir una nueva vida» dijo la mujer, cuyo temple se ha convertido en un ejemplo para muchos.
Con información de ABC