El presidente Luiz Inácio Lula da Silva arriba a sus primeros 100 días de gobierno tras su elección para un tercer mandato, en el que le tocó enfrentar una fuerte recesión económica, retos ambientales y un país fuertemente polarizado.
A pesar de esto, en estos tres meses el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ha ampliado el alcance del programa contra la pobreza más emblemático de sus anteriores gestiones: Bolsa Familia.
Este programa del que se benefician cerca de 22 millones de familias de bajos recursos, se ha renovado, ahora los niños que estén amparados bajo esta iniciativa deberán asistir obligatoriamente a la escuela y estar completamente vacunados.
En el caso de las embarazadas, deberán someterse a revisiones prenatales y añade un suplemento por cada hijo menor que se mantiene en 115 dólares mensuales.
Bolsa Familia ayudó a la población más vulnerable y fue uno de los proyectos banderas de Lula que logró sacar a millones de brasileños de la pobreza extrema.
Como política de inclusión, el mandatario anunció una mejor equidad en los altos cargos públicos, al incorporar afrobrasileños y mestizos en puestos claves, dando prioridad, al papel protagónico en las mujeres.
También ha logrado con cierto éxito planes para detener la minería ilegal y la destrucción en el Amazonas, protegiendo a la población indígena.
Pero uno de los grandes logros alcanzados por Lula da Silva en estos meses es el poder geopolítico de Brasil en el plano internacional. En lo que va de año, el presidente brasileño se ha reunido con sus pares de Argentina, Uruguay y Estados Unidos.
También consolidó su alianza estratégica con Venezuela y países vecinos de la región, al retornar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
De estos dos mecanismos regionales Brasil se había separado tras la llegada de Jair Bolsonaro, quien afirmaba que los mismos no representaban los valores democráticos de la región.
Lula quiere expandir sus alianzas con China y Emiratos Árabes Unidos, incluso, quiere ser mediados en el conflicto bélico Rusia-Ucrania.
Sin embargo, en el tema económico, Lula da Silva tiene un gran rato.
Actualmente el presidente del Banco Central de Brasil (BC) es dirigido por Roberto Campos Neto, que implementó una subida en las tasas de interés que llegó a 13,75%, algo que Lula criticó fuertemente ya que, a su juicio, esto estancó el crecimiento y la generación de empleo.
No obstante, analistas del tema aseguran que la medida pudo controlar la inflación del país sudamericano.
El presidente brasileño implementará un plan de reactivación económica que parte de la expansión fiscal y la inversión pública, aunque este proyecto deberá pasar primero por la aprobación en el Congreso.
Ya los partidos de oposición anunciaron que no apoyarán esta medida.
Ante el escenario en que la inversión social será uno de los mayores compromisos del presidente, las proyecciones económicas no están en su mejor momento, según analistas de mercado, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año será del 0,9% y 1,4% para 2024.