A veces parece que la «creatividad» humana no tiene límites (ni la estupidez): una de las últimas tendencias en Tiktok se denomina bone smashing (rompe huesos) y consiste en romperse la mandíbula o los pómulos con la «promesa» de verte mejor.
Las personas que se hacen las lesiones esperan que su estructura facial mejore. En cambio, pueden quedar no solo peores sino provocarse daños permanentes como la pérdida de dientes y la ceguera.
En algunos videos se puede observar a personas usando martillos, rodillos, una botella o cualquier otro objeto duro para lastimarse el rostro.
Muchos videos que promueven el aplastamiento óseo malinterpretan una teoría llamada ley de Wolff, que reconoce que los huesos se adaptan a las tensiones que se ejercen sobre ellos, y que con el tiempo, cuando se ejerce una carga repetidamente sobre un hueso en particular, éste cambiará.
Por ejemplo, los atletas universitarios que practican deportes como el baloncesto, el tenis y el atletismo tienen huesos más fuertes en su brazo dominante, en comparación con el no dominante, debido a las tensiones repetidas a las que se ven sometidos.
Pero la clave aquí es comprender que estos huesos sólo cambian como resultado de los músculos que los rodean. Cuando los músculos tiran del hueso adyacente, ayudan a estimular el crecimiento. Así que, aunque los huesos de la cara se ajustaran a la ley de Wolff, no cambiarían por ser golpeaados repetidamente.
Si bien es cierto que muchas cirugías estéticas requieren la rotura de huesos, sólo se hace cuando es absolutamente necesario y en un lugar concreto del cuerpo. El proceso de romper o afeitar un hueso para modificar su forma se denomina osteotomía, y a veces se realiza durante una rinoplastia (cirugía de la nariz) o una genioplastia (cirugía de la mandíbula).