Una ola de calor que podría superar el récord de 2019, activó la alerta roja en Gran Bretaña, específicamente en Inglaterra, hasta ahora uno de los pocos países de Europa que no se había afectado considerablemente por un temporal tan extremo como el vivido en invierno 2021, en el viejo continente.
El jefe de la Oficina Meteorológica, Paul Davies, confirmó que las temperaturas podrían alcanzar los 40 grados Celsius; recordó que la “más alta jamás registrada (..) es de 38,7” en 2019, situación poco común en la isla, por su ubicación geográfica y el alto índice pluviométrico que la caracteriza”.
Penélope Endersby, directora general de la agencia meteorológica, fue incluso más enfática y señaló a la BBC que, “será mañana -martes- cuando de verdad veremos más posibilidades de 40 grados y temperaturas por encima de eso (…) No se descartan 41 grados”, dijo al sostener que el peor pronóstico refleja la posibilidad de que llegue “incluso a 43 grados”.
Las ciudades más afectadas serían Londres, en el sur, Manchester y Leeds, en el norte, creando un particular estado de alerta, ya que Inglaterra no está preparada para tanto calor. Muchas escuelas, viviendas y pequeños comercios no cuentan con aire acondicionado, básicamente porque nunca fue necesario tenerlos.
Se suspendieron citas médicas, las autoridades pidieron a la población que traten de no salir de casa, mientras que los representantes del transporte ferroviario solicitaron lo mismo para evitar acumulación innecesaria de personas en espacios reducidos, advirtiendo además sobre posibles retrasos en el servicio por la deformación de las vías del tren.
Verano letal en Europa
Hasta la fecha se cuentan casi 600 fallecidos por causas asociadas al calor en España y Portugal, donde se alcanzaron los 47 grados Celsius, sin contar los incendios que se han desatado en especial en Francia, en la región de Gironde.
Autoridades francesas anunciaron que pusieron a disposición aviones para evacuar a unos 3.500 habitantes de la zona afectada por el fuego, mientras que unos 1.500 bomberos están trabajando activamente para apagar las llamas.
Estas respuestas del planeta corresponden, según expertos, al calentamiento global, que hace solo seis meses golpeaba a Europa con uno de los inviernos más crueles de su historia, viendo nevadas tan intensas que paralizaron ciudades como Madrid y países enteros como Grecia.