Este miércoles, un equipo de investigación de Greenpeace, descubrió que los niveles de radiación en torno a la antigua planta nuclear de Chernóbil, es al menos tres veces más alto que los datos estimados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el pasado mes de abril.
Ubicada en el norte de Ucrania, la instalación Zaporiyia fue ocupada en marrzo pasado por algunas tropas rusas que acamparon en la zona de exclusión donde movieron fragmentos de tierra y liberaron altas radiaciones.
En abril de 2022, un equipo del OIEA proporcionó datos limitados emitidos por el director general del organismo, Rafael Grossi, el cual aseguró que la radiación detectada era normal y no era peligrosa para la salud, algo que los expertos de Greenpeace refutaron y acusaron a Grossi de una ‘’gestión inadecuada de los riesgos’’.
Esta semana, con la aprobación y la cooperación de la Agencia Estatal Ucraniana para la Gestión de la Zona de Exclusión de Chernóbil (SAUEZM) y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Greenpeace realizó un estudio sobre la radiación dentro de la zona de exclusión de Chernóbil, la cual osciló entre 0,2 y 7,7 microsieverts por hora (hasta tres veces más que los datos publicados por el OIEA).
‘’Hemos medido niveles de radiación gamma en el interior de las trincheras rusas abandonadas que los califican como residuos nucleares de bajo nivel. Está claro que los militares rusos operaban en un entorno altamente radiactivo, pero eso no es lo que comunica la OIEA. Sólo podemos concluir que la OIEA, por alguna razón, decidió no esforzarse en investigar a fondo. No hay nada normal en los niveles de radiación dentro de la Zona de Exclusión de Chernóbil’’, declaró Jan Vande Putte, principal especialista en radiación de Greenpeace.
La organización ecologista solicitó que Rusia se retire inmediatamente de Zaporiyia, la mayor de Europa, debido a que la ocupación militar la convierte en una bomba nuclear.
‘’Entender los complejos efectos de la radiación en Chernóbil es esencial para el mundo y eso significa realizar investigaciones y trabajar con científicos internacionales. Todo eso se ha puesto en peligro por la guerra de Rusia contra Ucrania’’, informó Shaun Burnie, especialista nuclear de Greenpeace.
Los ecologistas consideran que la presencia del ejército ruso aumenta el riesgo de un accidente nuclear que podría ser mayor que el de Chernóbil.