Este jueves el gobierno de Haití informó que extenderá el estado de emergencia en el Departamento Oeste, donde se ubica la capital, desde este jueves hasta el 3 de mayo, por el desborde de la violencia.
Así mismo, las autoridades decidieron extender el periodo de toque de queda en toda esa demarcación desde este miércoles hasta el 10 de abril.
«Estas medidas fueron tomadas con el objetivo de restablecer el orden y tomar las medidas oportunas para recuperar el control de la situación» dijo Michel Patrick Boisvert, primer ministro interino.
El toque de queda se extenderá desde las siete de la noche hasta las seis de la mañana del próximo miércoles, y durante este periodo todas las manifestaciones públicas estarán prohibidas, de día y de noche.
Estas medidas no afectarán a los agentes del orden en servicio, bomberos, conductores de ambulancia, personal sanitario y periodistas identificados
A los organismos de seguridad se les ordenó utilizar todos los medios legales para hacer cumplir el toque de queda y detener a los infractores.
Esta orden del primer ministro interino aspira detener la situación de violencia que afecta a la capital haitiana, que se mantiene en vilo tras los ataques incesantes de las bandas armadas que controlan casi todo el territorio.
La decisión de Boisvert coincide con la conformación del Consejo Presidencial para la Transición en Haití, promovida por la Caricom y EEUU, Canadá, México y Brasil, para sacar al pais caribeño de la situación de inseguridad.
Hasta ahora la Policia Nacional de Haití mantiene sus operaciones, por ser la única istitución que queda firme desde que estalló la crisis a finales de febrero o, y se declaró movilizada y decidida a seguir luchando contra las bandas armadas.
Tras el anuncio de la dimisión del primer ministro Ariel Henry el mes pasado, los líderes políticos del país aún no han formado un nuevo gobierno. Mientras tanto, las pandillas que han aislado a Puerto Príncipe hacen «prácticamente imposible» que la ayuda llegue a por lo menos 58.000 niños que sufren los niveles más peligrosos de desnutrición, según Unicef.
