Después de seis años de búsqueda fue hallado Alex Betty, un niño desparecido en 2017 cuando tenía 11 años, mientras se encontraba de vacaciones en Málaga, España. Ahora de 17 años se supo que había sido secuestrado por su madre, y había vivido todo este tiempo en una comunidad espiritual nómada, de la cual escapó mientras se encontraban en Francia.
El joven apareció en Revel, cerca de Toulouse, Francia. Originalmente de Oldham, Inglaterra, Alex estaba en España con su madre, Melanie Batty, de 37 años en ese momento, y su abuelo, David, de 58, cuando desapareció, lo que desencadenó una investigación importante por parte de las autoridades.
En 2018, Susan Caruana, la abuela y tutora legal de Alex, sugirió que la madre y el abuelo de Alex lo llevaron a vivir en una «comunidad espiritual» en Marruecos, accesible desde Málaga en barco. Según ella, habían pasado tiempo en esta comunidad en 2014. Alex llegó a España en un viaje acordado previamente con Melanie, quien ya no tenía la custodia legal, para una estancia de una semana.
Alex escapó de este sitio, y caminó durante cuatro días, antes de ser encontrado por un conductor, a quien le contó que estuvo tres años en Francia, otro tanto en Marruecos, y en España, país en el que vivió en una casa de lujo, junto a otras 10 personas.
En Francia la comunidad residía en caravanas, cabañas y tiendas de campaña en la naturaleza entre las regiones de Ariege y Aude. La madre al parecer prefería un estilo de vida «alternativo» y no quería que Alex asistiera a la escuela convencional.
Alex escapó de la comunidad rural en los Pirineos y de su familia. Fue recogido por un conductor de camión después de días de huida y agotamiento. Actualmente, Alex está bajo la custodia de los servicios sociales franceses, mientras que la investigación sobre el presunto secuestro de su familia sigue en curso.
Un portavoz de la Gendarmería francesa confirmó la identidad de Alex y su buen estado, añadiendo que proporciona información. Las autoridades francesas están en contacto con la Policía de Manchester, que se comunica con la familia en Inglaterra.
Fabien Accidini, el conductor que lo recogió en el camino, contó a los medios que el chico había manifestado que no se encontraba en la secta en contra de su voluntad, pero que estaba cansado y quería volver a su país con su abuela, de hecho fue a ella a quien le escribió por el Facebook del hombre, incluso antes de que llegara la policía: «Soy yo, te quiero, quiero volver a casa», redactó.
«Me dijo que había estado andando durante cuatro días después de salir de las montañas y que su madre estaba un poco, no loca, que tenía una mentalidad espiritual un tanto extraña», dijo Accidini.
Por su parte Caruana aseguró que la madre y el abuelo de Alex le habían «lavado el cerebro» con la religión, y que estaba ansiosa de reencontrarse con el ahora adolescente.
Con información de ABC de España
