Este 30 de junio se conmemora el Día Mundial Contra la Trata de Personas: un crimen que actualmente es la tercera actividad delictiva más lucrativa del mundo -después del narcotráfico y las falsificaciones- y que involucra a unas 40 millones de víctimas.
De ellas, 65% son mujeres –mayoritariamente con fines de explotación sexual y de las cuales una de cada cuatro víctimas es menor de edad-.
Según el informe del BID de este año sobre el tema, América Latina y el Caribe concentran 8% de los 150 mil millones de dólares producidos por este delito.
Revela el estudio que las características de este crimen han evolucionado en las últimas décadas: explotación sexual, trabajos forzosos, producción e intercambio de material de abuso y/o explotación sexual infantil, matrimonio forzoso, servidumbre doméstica, reclutamiento forzoso o extracción de órganos.
Ahora, por ejemplo, las redes criminales emplean herramientas virtuales para atraer a sus víctimas y generalmente no usan la coerción física para captarlas y llevarlas al exterior.
Sin embargo, al llegar a su destino final, a la mayoría de las personas se les incautan sus documentos y son retenidas hasta que paguen sus deudas por concepto de viaje, etc.
"Se calcula que en América del Sur, Centroamérica y el Caribe, por cada víctima identificada haya por lo menos 20 más sin identificar", revela el informe.
Indica que el perfil de los tratantes de personas varía según la subregión: en Suramérica 67% de los condenados son hombres, mientras que, en Centroamérica, 52% de las condenadas son mujeres.
No es un dato menor que en América Latina y el Caribe, la principal forma de trata de personas es la explotación sexual (81%), seguido del trabajo forzoso (13%) y la mendicidad forzosa o adopción ilegal (6%).
Según el Departamento de Estado de EEUU (en su Informe Anual sobre Trata de Personas 2022) las poblaciones especialmente vulnerables ante redes de tratas de personas son la población migrante, las mujeres trans, trabajadoras forzosas de industrias extractivas o agrícolas, poblaciones indígenas y comunidades afrodescendientes.
Para finalizar, es importante recordar que desde 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó cada 30 de julio como el Día Internacional contra la Trata de Personas para concientizar la situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y proteger sus derechos.
