Bernard Arnault, director ejecutivo del grupo de lujo LVMH, fue elegido como el hombre más rico del mundo; destronó a Elon Musk luego que el francés valorara su fortuna en 208.000 millones de euros.
Entre sus grandes propiedades, los Arnault lideran el 48,14% del conglomerado LVMH, que acoge 75 marcas de renombre como: Louis Vuitton, Christian Dior, Loewe, Sephora, Bulgari, Tiffany, Hermés, Stella McCartnet y Dom Pérignon.
El magnate de 74 años tiene cinco hijos: Delphine (47 años) y Antoine (45) fueron fruto de su primer matrimonio con Anne Dewavrin; y Alexandre (30), Fréderic (28) y Jean (25), que nacieron del matrimonio con la pianista y actual esposa del multimillonario, Héléne Mercier-Arnault.
Sus cinco hijos trabajan en algunas de las empresas de su padre y todos están destinados probablemente a sucederle:
- Delphine dirige Christian Dior
- Antoine es director ejecutivo de la empresa con participación familiar en LVMH
- Alexandre es vicepresidente ejecutivo de Tiffany & Co.
- Frédéric dirige la marca de relojes TAG Heuer
- Jean es director de marketing y desarrollo de la división de relojes de la empresa
Casting para heredar
Al estilo de la aclamada serie de HBO, ‘Succession’, Arnault no parece regirse por criterios sentimentales, sino puramente profesionales para escoger con cabeza fría a su sucesor. Es por ello que, el magnate organiza cada mes una comida con sus cinco hijos en la sede de LVMH en París, para hacer un tipo de ‘’audición’’ que le ayude a elegir cuál de ellos podría reemplazarlo, convirtiéndose en el principal heredero de su fortuna.
De acuerdo a personas cercanas al francés, la comida dura unos 90 minutos y empieza con el empresario leyendo en voz alta los temas a discutir que tiene anotados en su iPad. A continuación, Arnault pasa silla por silla pidiendo consejo a sus cinco hijos sobre cada tema, que pueden ir desde una consulta para la empresa o cambios en las múltiples marcas que maneja LVMH, temas que van desde viñedos productores de champagne en Francia hasta talleres de confección de carteras.
Arnault siempre mantuvo a sus posibles sucesores al tanto de los números de la empresa, los lleva a sus viajes y les da participación en las negociaciones. Además, los coloca en altos cargos para que se preparen por si son escogidos para tomar el mando en el emporio lujoso.
Cuando los hermanos eran pequeños, su padre los inscribió en lecciones intensivas de matemáticas y también fueron inscritos en las mejores escuelas de ingeniería. El más joven, Jean, obtuvo un título del ‘Instituto de Tecnología de Massachusetts’ y del ‘Imperial College de Londres’.
Antoine, el favorito de la lista
El segundo hijo de Arnault, Antoine, quien está casado con la modelo rusa, Natalia Vodianova, se ha considerado de acuerdo a los medios locales, como el favorito de su padre durante mucho tiempo.
La influencia del segundo hijo del magnate ha ido en aumento para el asesoramiento de relaciones públicas en las empresas, principalmente para enfrentar las protestas del año pasado a causa del aumento de la inflación y la desigualdad de riqueza.
En ese momento, Arnault temía que la ira de los ciudadanos fuese absorbida por su compañía y familia, por lo que siguió el consejo de su hijo y lanzó una campaña publicitaria que destacaba hasta qué punto LVMH pagaba impuestos y creaba puestos de trabajo.
Delphine pisando los talones
Por otra parte, en París se comenta todo lo contrario con respecto al ‘’favorito’’ del francés. De acuerdo a los rumores, la hija mayor, Delphine, podría ser la primera en la lista luego de que fuera ascendida como directora de Christian Dior, la segunda marca más grande del conglomerado.
Sin embargo, esta decisión podría ser criticada por inversores de las empresas, quienes no ven a Delphine, madre de dos hijos, como sucesora del imperio multimillonario Arnault, por lo que consideran que esto sería un ‘’pequeño regalo de papá’’.
Hermanos sin rivalidad
Sidney Toledano, quien en su momento manejó la compañía que ahora pertenece a Delphine, dice estar convencido de que los hijos Arnault pueden resolver cualquier desacuerdo, porque su padre les enseñó desde pequeños a anteponer los intereses de la empresa. “Por ahora, todos se llevan muy bien”, apuntó el ejecutivo.
Los cinco se consideran hermanos y no se refieren entre sí como ‘’medio hermano’’ o ‘’media hermana’’, además, son cuidadosos de no generar ninguna imagen de rivalidad o conflicto entre ellos.
‘’Arnault es ante todo un hombre pragmático. Él siempre elige al que es mejor en un momento dado y considerando los desafíos. Es lo que hace con sus gerentes, sus asesores, y creo que es lo que hará con sus hijos’’, señaló Toledano.
Aunque faltan menos de seis años para retirarse, el magnate de Louis Vuitton no tiene claro a quién escogerá para que tome las riendas del gran imperio. ‘’Bueno, tengo cinco hijos’’, es lo que responde cada vez que le preguntan acerca del tema.