Uno de los responsables del secuestro de un autobús lleno de estudiantes, y de haberlos enterrado vivos junto al conductor en 1976, fue puesto en libertad a los 70 años.
Hace 50 años tres jóvenes ricos de California, EEUU, secuestraron a 26 estudiantes, y a su conductor, para luego ser enterrados en la cantera del padre de uno de los delincuentes y así pedir un rescate de US$5 millones.
Luego de 16 horas los niños y el chofer cavaron para desenterrarse y pudieron salir todos con vida. Aunque las víctimas estaban bien físicamente, el estrés postraumático aún les persigue.
Luego de que los niños salieron de la cantera, los tres malhechores fueron capturados y condenados a cadena perpetua.
Frederick Woods, de 70 años, era el único de los secuestradores que aún estaba en prisión, y fue puesto en libertad condicional en contra de los deseos del gobernador de California, Gavin Newsom, que no pudo bloquear la liberación porque no estuvo condenado por asesinato.
Woods junto sus dos amigos, los hermanos Richard y James Schoenfeld, idearon el macabro plan.
Los secuestradores tomaron el autobús en un viaje de excursión escolar de verano con niños entre los 5 y los 14 años. El trio obligó a los rehenes a subir a otras dos camionetas, los condujo durante 11 horas y luego los llevó a una cantera del padre de Woods.
«Elegimos a los niños porque son preciosos», dijo James Schoenfeld a la Junta de Libertad Condicional del Estado de California en 2015, cuando fue liberado.
«El estado estaría dispuesto a pagar por ellos. Y no se defienden. Son vulnerables. Les importará. Harán lo que les digamos que hagan. Y fui un cobarde al no elegir un objetivo diferente», acotó Schoenfeld.
Después de perder US$30.000 en un acuerdo inmobiliario, empezaron a planear el secuestro con la esperanza de ganar dinero fácil, pese a que pertenecían a familias adineradas.
Richard Schoenfeld fue liberado en 2012 y su hermano mayor fue liberado en 2015, dejando a Woods como el único que sigue encarcelado; se le negó la libertad condicional al menos 17 veces antes de que se anunciara la decisión de liberación esta semana.
«Ahora entiendo completamente el terror y el trauma que causé. Asumo completamente mi responsabilidad por este acto atroz», dijo Woods al salir de la audiencia.
Por su parte, la fiscal del condado de Madera, Sally Moreno, se opuso a la libertad condicional de Woods. «Si se puede secuestrar a un autobús lleno de estudiantes, abandonarlos enterrados vivos y aún así salir de la cárcel después de cometer ese delito y pasar su tiempo en prisión burlando la ley».