Este martes el gobierno hondureño decretó estado de excepción parcial para enfrentar a las bandas que azotan los barrios y colonias del Distrito Central, así lo informó la Policía Nacional de Honduras en un comunicado de prensa.
El decreto fue aprobado por la presidenta Xiomara Castro, en Consejo de Secretarios de Estado: “en virtud de la grave perturbación de la paz y la seguridad que prevalece en las principales ciudades del país, ocasionada esencialmente por grupos criminales organizados”.
En un acto formal en el campo de fútbol del barrio La Alemán, 600 funcionarios policiales recibieron la orden de iniciar el despliegue hacia las zonas controladas por las bandas.
“Esta operación es para hacerles frente a las estructuras criminales llamadas Pandilla 18 y MS-13», en referencia a Mara Salvatrucha-13, así como a otras estructuras del crimen organizado que se dedican a la narcoactividad” dijo antes del despliegue, el director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez.
Según Sánchez, en la operación participarán 20.000 policías en turnos rotatorios, incluyendo efectivos de la Policía Militar de Orden Público (PMOP), creada por el anterior presidente Juan Orlando Hernández, con efectivos de batallones, que fueron enviados hacia las fronteras con Guatemala, Nicaragua y El Salvador.
Por su parte, la secretaria de Derechos Humanos recomendó “que ante la situación de inseguridad que vive la población hondureña, se generen políticas de seguridad integrales con participación de todos los sectores, y se revise la decisión de adoptar un estado de excepción” bajo ciertos parámetros.
La Mesa de Derechos Humanos recalcó que estas medidas deben ser temporales y estar vigentes “solo por el tiempo que sea estrictamente necesario”, para evitar que sean arbitrarias.
Narcotraficantes y pandilleros han llevado a Honduras a registrar una tasa de cerca de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, más de cuatro veces del promedio mundial.
