El cambio climático es uno de los grandes desafíos que enfrenta el mundo. Este se refiere a las alteraciones a largo plazo de las temperaturas climáticas, las cuales pueden ser naturales o, como lo ha sido desde el siglo XIX, provocados por las actividades humanas a través de la quema de combustibles fósiles tales como el carbón, el petróleo y el gas.
Esta quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero los cuales trabajan como una tela que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas gradualmente.
Es por ello que el Programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente trabaja en América Latina y el Caribe con gobiernos, sociedad civil y sector privado para lograr una mayor comprensión de los impactos del cambio climático.
A principios de abril, 29 países se comprometieron a aportar más de 5 mil millones de dólares al Fondo para el Medio Ambiente Mundial respaldado por la ONU para proteger la biodiversidad y detener los plásticos y los productos químicos tóxicos, los cuales son una amenaza para el medio ambiente.
Dicha organización se esfuerza por consolidar las capacidades locales y nacionales para hacer frente a los impactos del cambio climático, elaborar estrategias y políticas públicas de integración del cambio climático en la planificación para el desarrollo y la inversión, y la implementación de proyectos para formalizar la acción sobre cambio climático.
Este fondo multilateral tiene su propio Programa de Pequeñas Subvenciones que otorga hasta 50 mil dólares directamente a comunidades locales, pueblos indígenas, organizaciones comunitarias y otros grupos no gubernamentales que invierten dinero en proyectos que ayudan al medioambiente.
Son más de 25 mil proyectos que la ONU ejecuta para la acción del cambio climático desde 1992, año en que el Fondo inició.
Aunque estos proyectos recorren todo el mundo, aquí en La Mosca News nos enfocamos en los cuatro más resaltantes de América Latina y el Caribe:
-Tres ingenieras solares indígenas iluminan Belice
Aunque sea difícil de creer, son más de 500 millones de personas las que viven en comunidades que no poseen uno de los servicios básicos de todo el mundo: la electricidad.
Bélice es el perfecto ejemplo. Un lugar en el que algunas aldeas se encuentran lejos de la red eléctrica nacional, por lo que se dificulta la llegada de la corriente eléctrica a sus comunidades. Gracias al Programa de Pequeñas Subvenciones del Fondo del Medio Ambiente, tres ingenieras solares mayas instalaron sistemas de energía solar al sur del país.
"¡Estas mujeres están rompiendo el techo de cristal! Han instalado sistemas solares en cuatro comunidades indígenas, con un impacto en más de 1000 residentes", comentó Leonel Requena, coordinador nacional del Programa en Belice.
Florentina, Miriam y Cristina Choc, estudiaron en el Barefoot College de la India para construir pequeños sistemas solares domésticos para un intercambio de cooperación Sur-Sur (países del Sur global que comparten conocimientos técnicos con sus semejantes, sin que intervenga un país desarrollado).
Gracias a su trabajo, la electricidad llegó a 25 hogares con más de 150 residentes así como a una escuela primaria con 30 niños.
De hecho, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que, con su contribución, han ayudado a evitar 6,5 toneladas de emisiones de carbono.
-Barbados, conservación de la tortuga carey
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha nombrado a las tortugas carey como una especie en peligro de extinción, ya que su población disminuye progresivamente en todo el mundo. Son propensas a ser cazadas por sus huevos y su carne, y están amenazadas por el desarrollo costero y el cambio climático.
Sin embargo, gracias a una ayuda económica hace 20 años atrás, la continuidad de esta especie prospera en la isla caribeña de Barbados. El proyecto tiene sede en el campus de la Universidad de las Indias Occidentales donde se ubica el Centro de Marcado de Tortugas Marinas de la región.
Este marcado ayuda a los científicos a llevar un control de sus movimientos, calcular sus estadísticas de crecimiento, supervivencia y reproducción.
Barbados alberga la segunda mayor población de tortugas carey del Gran Caribe, con hasta 500 hembras anidando al año.
El proyecto de Tortugas Marinas, el cual recibió una subvención del Fondo de 46.310 dólares, marca a estos animales, los mide, archiva y analiza sus datos para más de 30 proyectos de investigación coordinados en la región.
"Gracias a esta subvención, [esta propuesta] ha podido ofrecer a personas de otros proyectos de tortugas marinas de la región la oportunidad de formarse junto a los voluntarios del proyecto de Tortugas Marinas en un intercambio de Sur-Sur… El trabajo en curso del Proyecto es integral para la conservación y protección de las tortugas marinas amenazadas y en peligro de extinción, así como de sus hábitats terrestres y marinos", comentó Karen Harper, asistente del Programa del Fondo del Medio Ambiente Mundial en Barbados.
-Indígenas venezolanas protegen la selva amazónica
El Proyecto Amazonas Originaria forma a un puñado de familias indígenas desplazadas para que utilicen y cuiden de forma sostenible los bosques tropicales de los alrededores de Puerto Ayacucho.
Estas personas realizan labores de los cultivos de cacao, manaca y túpiro -plantas autóctonas de Amazonia-, así como a transformar sus frutos en pulpa, chocolate, cestas y otros productos.
En este proyecto trabajan diversas comunidades indígenas tales como los yanomamis, los panare, los bari, los piaroas y los guahibos, los cuales participan para proteger la Amazonía. Todos ellos hacen parte de núcleos familiares desplazados por la crisis socioeconómica, la presencia de grupos armados y las actividades mineras ilegales en Venezuela.
"Este proyecto, en particular, es interesante e inspirador, ya que está liderado por mujeres. Apoya la lucha contra el cambio climático, ya que su objetivo es conservar la selva amazónica como principal sumidero de carbono en el sur de Venezuela, trabajando de la mano de las comunidades nativas, valorando sus tradiciones y protegiendo su hábitat ancestral", enfatizó el coordinador nacional del Proyecto Amazonas Originaria, Alexis Bermúdez.
Tal y como indica el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Amazonía, la cual es la selva tropical más grande que queda en el mundo, la deforestación está reduciendo drásticamente las reservas de carbono y alterando el clima regional. Esto puede causar un gran cambio climático, ya que la degradación del bosque y el aumento de los incendios forestales podrían provocar la desaparición del 60% de la selva amazónica en 2050.
-Guardianas de los páramos colombianos
Guardianas de los Páramos es una unión entre el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo y otras dos organizaciones que apoyan varios proyectos comunitarios que se basan en la conservación del cambio climático en los Páramos Pisba y Tota Bijagual-Mamapacha, a más de 200km al noroeste de Bogotá.
Dichos páramos ocupan solo el 1,7% del territorio nacional, sin embargo, producen el 85% del agua potable del país.
Con esto, se seleccionan 37 proyectos que ayudan a 2.400 familias que trabajan desde 2020 en la restauración de algunas plantas autóctonas, consolidando los corredores biológicos y protegiendo las áreas.
"Es necesario implementar acciones encaminadas a controlar o reducir las presiones sobre el páramo y mitigar las acciones negativas de las actividades extractivas en la zona, estableciendo áreas de conservación y medidas para reducir los riesgos asociados al cambio climático", dijo Catalina Avella, coordinadora de campo de la alianza.
Los páramos no son importantes solo por su biodiversidad vegetal y animal, sino también por sus servicios ecosistémicos tal como la regulación del agua. Estos sufren peligro inminente debido al aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvia.
Consecuencias del cambio climático
Las consecuencias del cambio climático han sido visibles desde hace años a través del cambio en las precipitaciones, el derretimiento de los polos y la desaparición de los glaciares, la subida del nivel del mar y la desaparición de las zonas de costa.
Es por ello que se deben respetar las recomendaciones brindadas por expertos a la hora de mantener el medio ambiente estable, sin cambios drásticos que puedan perjudicar nuestro futuro.
De hecho, informes científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), señalan una evolución preocupante en los próximos años si no se actúa a tiempo para evitarlo.